Coherence es una de esas películas que con muy pocos elementos de puesta en escena consigue hacerte vibrar desde el primer hasta el último minuto. El film de James Ward Byrkit se vale de 7 actores y un único espacio para realizar una obra magnífica. Coherence está creada como un laberinto y a medida que avanza el film los corredizos, los callejones sin salidas y los múltiples caminos a elegir se multiplican. La encrucijada y el acertijo que el espectador intentará resolver, se volverá imposible y solo le quedará maravillarse con el ingenio oculto en el enorme enigma.
Todo amante de J.J Abrams no podrá evitar encontrar numerosas conexiones entre la película y sus proyectos, sobre todo Lost. Coherence eleva el concepto de realidad paralela a su máxima potencia confundiendo al espectador. Y lo mejor de todo es que lo logra partiendo de una idea aparentemente muy sencilla y primitiva: una cena de amigos. Todo sucede con normalidad, la velada resulta agradable hasta que la luz se marcha en la casa. A partir de este momento, la película no parará de dar vueltas y jugar con el cerebro del espectador. Una gran cantidad de sucesos extraños trastornan al grupo de amigos y parece que el culpable de todo es un cometa que sobrevuela la tierra. Al crear una gran variedad de personajes, no demasiado especiales, muy humanos, muy cuotidianos; James Ward Byrkit consigue crear un clima tenso en las que se confrontan diferentes opiniones y decisiones respecto a los extraños sucesos.
Coherence es un claro ejemplo de lo innecesario que resulta valerse de grandes presupuestos y crear estrepitosos blockbusters para desarrollar una buena idea. Si una idea es realmente buena lo más probable es que se pueda desarrollar en un entorno simple. No son necesarios decenas de millones de euros, ni una gran cantidad de actores de renombre. Solo es necesario mucho ingenio, mucha agilidad y mucho buen criterio.
La complejidad del tejido de ciencia ficción que impera en la obra va aumentando su a medida que avanza el film. La cena en amigos acaba convirtiéndose en una batalla por “sobrevivir” o como mínimo por descubrir qué diablos está pasando. Pero la complejidad de la trama va acompañada de un aumento de la intriga y el misterio, no solamente a través de los sucesos paranormales sino a través de la actitud que adoptan los protagonistas.
Resulta muy acertada la decisión de grabar cámara en mano toda la película. Como si de un dogma 95 se tratase, la cámara inquieta y el montaje rápido tensionan constantemente al espectador. Entre el elenco de actores destaca la buena interpretación de Emily Foxler y el retorno a la pantalla de Nicholas Brendon (protagonista de Buffy Cazavampiros), actualmente en prisión por un altercado con la policía.
Coherence es un film que todo el mundo debería ver para para darse cuenta de lo innecesario que es un presupuesto extravagante para contar una buena historia, solamente hace falta mucha dedicación para construir una buena idea y una gran estructura narrativa.
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