Año 2008, J. J. Abrams guarda en secreto su última película, una historia de ciencia-ficción con monstruos. Los trailers no destripan casi nada, apenas nos muestran unas pocas imágenes para que la expectación sea máxima. Tras el estreno el secretismo se ha esfumado y nos damos cuenta de que tampoco es gran cosa pero lo ha vendido muy bien y salva a duras penas la cabeza. En este 2016, Calle Cloverfield 10, la secuela de Monstruoso está en marcha y de nuevo vuelve a usar el mismo método para hacer que la taquilla suba como la espuma. Esta vez no cuela aunque quiera vendernos la moto ¡A la segunda ya estamos preparados!
Abrams ha escogido a un director debutante como Dan Trachtenberg apareciendo en los créditos como productor pero su mano es muy evidente actuando y aconsejando en la sombra. Las dos partes de las que se compone Calle Cloverfield 10 son muy diferentes entre sí. La primera se acerca al thriller más clásico con el tema de la supervivencia en el fondo. Tras un ataque alienígena al planeta tres seres humanos se esconden en un bunker subterráneo esperando que los efectos del mismo desaparezcan. Alguno de ellos, como el conocido John Goodman, se ha preparado toda su vida para ese momento, los otros dos tienen que seguir al experto aceptando sus normas y condiciones. La convivencia, muy estilo Gran Hermano pero sin cámaras en cada habitación, se presenta dura pues nadie es lo que aparenta ser.
Los monstruos no están solo afuera sino que dentro hay también alguno amenazando con salir. Son lobos con piel de cordero que respiran un aire no contaminado pero que tienen enferma la mente debido al aislamiento. Mary Elizabeth Winstead se ha quedado atrapada como el bueno de Thomas Jane en La Niebla en un lugar protegido de la amenaza exterior. Ahora no es un supermercado ni el grupo es tan numeroso pero los peligros en el interior son idénticos. Parece que le ha cogido gustillo a eso de desenmascarar a locos y criaturas extraterrestres en lugares muy extraños como este bunker o estaciones polares como en la precuela de La Cosa donde también compartía comida, bebida y juegos de azar con otros hombres aunque esta vez de nacionalidad noruega. El juego de las sospechas comienza….
Parece que nuestro querido J. J. Abrams aún no ha dado señales de vida pero nada más alejado de la realidad. Los grandes clásicos de música moderna que escuchan los tres supervivientes y que sale de una antigua Jukebox, propiedad del dueño del refugio así como las diferentes escotillas y escaleras nos conducen a la serie que más fama ha reportado a este señor, la conocidísima Perdidos.
La segunda parte es más de su estilo, el suspense da paso a una ciencia-ficción muy Guerra de los Mundos de Spielberg con monstruos gigantescos y naves espaciales que intentan exterminar a toda la raza humana por lo civil o por lo criminal utilizando gases venenosos o soldados con cuatro patas de aspecto extraño a la par que siniestro y con una ferocidad fuera de lo común. El enfrentamiento está servido en una lucha desigual de David contra Goliat en la cual no está claro el ganador.
Calle Cloverfield 10 no solo es una dirección, es una parada en el camino de uno de estos valientes luchadores que se resisten a aceptar el Juicio Final para su especie. Mientras alguno de ellos siga en pie la esperanza no se habrá esfumado.
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