Las películas producidas y distribuidas por A24 se han convertido rápidamente en un referente de calidad dentro del panorama de cine indie americano. Suelen ser producciones que estan respaldadas por un importante apoyo económico que permiten dar voz sin trabas a nuevos directores. El resultado final es una serie de películas con un mismo sello autoral donde podemos encontrar las posibles tendencias que marcaran el futuro de nuestro cine. The Last Black Man in San Francisco es una de esas producciones que quizás pasó un poco desapercibida en su momento pero que llegó a cosechar una gran cantidad de premios en 2019, el año de su estreno.
Joe Talbot escribe junto al protagonista del film Jimmie Fails una de esas películas sumamente arraigadas al lugar donde transcurren. La obra se esfuerza en mostrar formal y narrativamente las grandes diferencias estructurales de clase (donde la comunidad afroamericana se ve especialmente afectada) ocultas bajo una ciudad aparentemente moderna y cosmopolita. La ascensión social se pretende alcanzar a través de un protagonista convencido que una mansión de la ciudad de San Francisco le pertenece ya que fue construida por su abuelo. Una falsa ensoñación acompañada por la de un personaje aspirante a dramaturgo que poco a poco irá descubriendo el frágil castillo de naipes donde están depositando toda su esperanza. El mensaje final que deja la película es desesperanzador: es necesario huir de la realidad, sentirse totalmente ajeno a ella, construir tu propio castillo de sueños para sentir que tu vida progresa en un sistema que te niega todo tipo de oportunidades. El único resquicio de esperanza queda en el sentimiento de unión que abraza una comunidad sistemáticamente maltratada.
El desenlace dilatado de la película y en algunos momentos su aparatoso y a veces demasiado aséptico dispositivo formal impide que no nos podamos meter de lleno en su mensaje. Es una obra que aunque veces parece excesivamente depurada a nivel estético contiene una bella fotografía, unas muy buenas interpretaciones y sobre todo un gran mensaje con el que merece la pena reflexionar.