El broche final del Festival de Sitges 2015 vino de la mano del nuevo film de Patricia Rozema, Into the forest. Remitiendo a The witch, el film que inauguró el festival, Into the forest vuelve a introducirse en el escenario del bosque para desarrollar su relato. Un relato cargado de tintes feministas que utiliza como escusa el apocalipsis y el instinto de supervivencia. En un futuro cercano una familia formada por un padre y dos hijas jóvenes se queda sin electricidad. Pronto descubren que todo el mundo está en las mismas condiciones y que deben lidiar con la falta de recursos para sobrevivir.
La película recuerda a otros dos films dentro de la sección oficial del festival, Maggie y The survivalist. De Maggie desarrolla el concepto de melodrama familiar a través del fin del mundo y tampoco le acaba de funcionar. Son tan evidente sus intenciones feministas que llegan a ser ridículas e innecesarias. El sexo masculino queda totalmente banalizado a través de la figura de un padre bondadoso y perfecto (hasta el punto de no resultar creíble), un adolescente que quiere separar a la pareja de hermanas protagonistas y un violador que aparece esporádicamente. En cambio el sexo fuerte es el femenino, representado por las hermanas, y remite a todos los ideales de lucha, futuro y supervivencia necesarios para el nuevo mundo. Por otro lado, la forma en la que sobreviven las protagonistas es muy elitista, muy burguesa, reducida a consumir latas de conservas, recoger cuatro vainas de fruta y matar un jabalí. La supervivencia en The survivalist era mucho más real, ya que los personajes vivían desde una profunda suciedad física y psicológicamente, buscando mil formas para llenar el estómago cada día.
Into the forest pretende alzar la figura de la mujer de forma tan explícita e introduciendo gratuitamente un mundo apocalíptico para forzar situaciones en las que el espectador las venere y respete, que se acaba disolviéndose por completo esta intención.
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