Your name lleva tiempo sonando como el nuevo gran vicario de la Iglesia de la Animación. Supongo que es normal: el hype flota en el aire como el polen que me atormenta estos días, y cuando llega una situación de este estilo, a un servidor le encanta ponerse pedante sacando fallos a diestro y siniestro.
Es broma.
No me gusta criticar sin fundamento. Lo cierto es que Your name es una de esas películas. Desde el primer fotograma se aprecia lo especial que es con una animación magnífica que, sin poder evitar repetir algunas animaciones (esto es el mantra de cualquier anime, no es para prenderles fuego), goza tanto de una gama de colores asombrosamente rica como de un preciosismo por el detalle más mínimo, sin nada que envidiarle a la superproducción más cara de Hollywood.
Esto, sin embargo, no es suficiente. Creo que ya he mencionado alguna vez la cáscara vacía: por muy bonita que la decores, siempre estará vacía. Uno no puede escudarse en la buena fotografía o en lo bien que realizas tus acrobacias si luego el producto que ofreces carece de sustancia. Por suerte, Your name no cae en esos derroteros y su historia es capaz de dejarte sin aliento las más de las veces. La cinta de Makoto Shinkai se nutre de la peculiar visión nipona que baila entre la fantasía y la cotidianidad, configurando una trama que fácilmente te hace pasar por alto algunos clichés, como ese opening de anime comercial. Su mundo es una realidad que se aleja de las reglas matemáticas que definen otros animes más clásicos como Dragon ball Z, cercano casi al rpg. Esa libertad en su fantasía permite, como en Neon Genesis Evangelion, un tratamiento al gusto de su creador, que utiliza todas las herramientas que proporciona una imaginación desbordante para transmitir su simbología, sus mensajes… Your name no llega muy lejos en ese aspecto, pero eso no la convierte en una cáscara vacía. No tengo la impresión de que me quiera hacer llegar ningún mensaje, no veo una serie de temas profundos sobre los que reflexionar, sino que únicamente quiere contar una historia y emocionar a su público. Esa sí que es una forma válida de contar una historia «sin pretensiones«.
Así pues, ¿es Your name una buena película? Sin duda. ¿Es Your name una gran película? Por supuesto. ¿Es Your name la mejor película que se ha hecho jamás? Pues…
Cuando una película viene con tanto hype, un buen crítico que se precie debe mantener un cierto grado de frialdad y ser, bueno, crítico. Personalmente, vengo de obras magníficas como Mi vecino Totoro, Paprika o Wolf Children; es muy difícil que alguien me haga olvidar lo que me hicieron sentir Satoshi Kon u Hosoda y, de verdad, me encantaría que Shinkai lo hubiera conseguido con Your name, porque se nota que hay corazón detrás de esta película. Es una cinta que va a emocionar, buscar la lágrima e involucrar al espectador, y su historia lo consigue, pero alcanzar el grado de perfección en el que tantos han insistido con este film es más arduo de lo que parece. La cinta arrastra varios fallos que me sorprenden mucho ver aquí, y todos se resumen en el mismo factor de siempre: el tiempo.
Viendo la película, no podía dejar de pensar «¿por qué demonios no es una serie?». No tiene por qué durar eones, como One Piece, pero unos 10 capítulos de esto no hubieran estado mal. Es cierto que en Japón el formato de serie corta que destilamos en Occidente no cuaja demasiado, mas le hubiera valido perfectamente a Shinkai para introducir todos los tropos y situaciones que intenta manejar. La película avanza a un ritmo apresurado para que los giros encajen dentro del esquema y así, lo que otros autores habrían dilatado conforme a la estética del anime, Shinkai lo contrae como si le pusiera nervioso no tener tiempo para todo. Es muy difícil compaginar lo que quieres contar con una duración asequible que no amuerme al respetable, pero viendo obras tan extensas que han triunfado sin contestación alguna, me cuesta ver la hora y cuarenta de esta cinta como una ventaja. La estética del anime se basa en la emoción del instante, en recrearse en los momentos clave e intensificar lo que transmite, pero también se basa en la cotidianidad, en la paz del día a día. Your name no olvida estos dos factores y, sin embargo, los trata con una ligereza que decepciona.
El tiempo tampoco ayuda a lidiar con los personajes. Se aprecia un subtexto interesante, drama y relaciones interpersonales que enriquecerían la experiencia pero que se olvidan para centrarse en lo que de verdad importa. Esto puede verse como fallo o virtud, aunque yo prefiero verlo más como un error de cálculo, pues es una historia que podría haber tocado un sinfín de temas, desde la inmutabilidad del tiempo, como en Prince of Persia, hasta algo más personal como es el proceso de crecer y madurar de Buenas noches Punpun.
Sin embargo, mi discurso no va por ahí. El quiz de la cuestión reside en el núcleo de la obra: la relación entre los dos protagonistas, y es aquí donde entra mi problema. Salí del cine confundido, con la sensación de necesitar un segundo visionado, pensando que mis prejuicios me habían jugado una mala pasada. Al principio, noté el mismo fallo que vi en Amar: la falta de un punto de vista claro, porque del personaje de Mitsuha conocemos bien su background, pero de Taki no sabemos absolutamente nada, ni cómo se comporta ni cuales son sus ambiciones, nada. No obstante, la película se esfuerza en hacernos ver que ambos son protagonistas, y lo son, mas es una noción metida con calzador. Esto no hubiera pasado de tener más tiempo.
https://www.youtube.com/watch?v=L1mD8Gql6Q8
Por otro lado, los eventos ocurren en un batiburrillo confuso propiciado por ese afán de pasar de una cosa a otra y los momentos del intercambio de cuerpos son tan ligeros que me sorprende que sean el centro de la trama, lo cual no quita que se lleven con buena mano. En relación a esto, las piezas clave como la cinta o el asunto del nombre también se mueven en un vaivén confuso, desapareciendo durante gran parte del metraje para luego concentrarlo repitiéndolo hasta la saciedad, como cuando se te olvida echarle la sal a la receta e intentas remediarlo echándola al final y de golpe. Y para colmo, casi toda la trama se lleva con una sobreexposición absurda. Si bien es cierto que el anime es muy dado a estas cosas, hay cientos de obras de una sutileza conmovedora en su guión. No puedo ver a Shinkai como el heredero de Miyazaki con unos diálogos tan superficiales.
Quiero creer que estas ideas sean fruto de mi necesidad de un segundo visionado. Espero que para entonces pueda escribir otra crítica retractándome de mis errores… Ojalá. En cualquier caso, ahí tenemos Your name, una gran película recomendable para aquellos amantes de las buenas historias y la animación. Mientras tanto, un servidor se despide sin dejar de preguntarse que pudo pasar para que la obra de Makoto Shinkai no haya alcanzado el grado de perfección.
2 comments
He visto la película. Y cuando ha acabado he tenido la misma sensación. Gracias, pienso lo mismo!