Hubo un tiempo en que alguien consideró que dar un giro más actual al personaje de Sherlock Holmes podría ser un concepto original, interesante y que llevaría a un nuevo sector de público al personaje clásico. Este es el caso de la culminación de una serie de títulos basados en el personaje de Conan Doyle, que encuentran, a mi parecer y en mi cuestionable criterio, un momento cumbre en La garra Escarlata.
La Garra escarlata nos traslada a la zona francófona de Canadá, donde Holmes debe enfrentarse con una serie de sucesos que escapan a la razón, desencadenados al recibir una carta de alguien que ya ha fallecido cuando es recibida, todo esto mientras Holmes participa en un congreso de ocultismo, donde es invitado a participar por fervientes creyentes para formar la parte escéptica de todos sus debates.