Overlord era el blockbuster más esperado del festival de Sitges. No es para menos teniendo en cuenta que detrás del film estaba moviendo los hilos J.J. Abrams como productor y que tuvo el detalle de realizar un video de presentación para los espectadores de Sitges. En su momento se llegó a sospechar que Overlord iba a ser otra secuela de Cloverfield pero el rumor se desvaneció cuando se presentó como lo que realmente era: una película bélica hibridada con el género de terror.
El film nos desplaza hasta la Segunda Guerra Mundial cuando un grupo de militares estadounidenses aterriza en la Francia ocupada para derribar un puesto clave de la Alemania nazi. Al llegar al pueblo donde está la antena que deben destruir los soldados acaban encontrándose con un laboratorio en el que los nazis experimentan para crear humanos invencibles como máquinas salvajes para matar. Overlord comienza con uno de los mejores inicios de una película de acción que se puedan recordar de los últimos años. Varios soldados estadounidenses se encuentran metidos en un avión mientras se adentran en territorio enemigo. Las balas, las bolas de fuego y las explosiones arremeten duramente contra los aviones, que van cayendo como moscas. Estos quince minutos recuerdan a la maravillosa secuencia de tormenta de arena de Mad Max: Fury Road pero con aviones en vez de coches y el cielo nublado en vez del desierto árido. Una vez aterrizan los soldados, o lo poco que queda de ellos, empieza una película que se instaura más en el género de los mad doctors (en muchos momentos recuerda a La cura del bienestar) y los monstruos que en el tono puramente bélico. Sin embargo es muy interesante como este está trabajado de fondo todo el tiempo adornando la función de balas y explosiones.
Overlord es una película donde la acción constante y desenfrenada está en la orden del día y donde no se le deja prácticamente al espectador ni parpadear ni relajarse. No es una obra que vaya a contarnos cosas excesivamente novedosas y originales pero que sí va a mantenernos en vilo durante prácticamente dos horas. Su principal acierto está en combinar de manera sólida diferentes elementos que a priori no suelen ir juntos como la guerra y los monstruos. La factura de la película y como ha sido trabajada la sitúan como uno de los blockbusters más interesantes que llegará a nuestra cartelera.
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