S. Craig Zahler es un nombre que los asistentes asiduos al festival de Sitges ya tienen grabado en la mente. Ha presentando prácticamente una película por año, desde su opera prima Bone Tomahawk, pasando por su anterior obra Brawl in Cell Block 99 hasta llegar a la que es probablemente su mejor película hasta la fecha, Dragged Across Concrete. S. Craig Zahler tiene una forma tan particular de hacer películas que le genera muchos detractores. Sin embargo ha sido fiel a su estilo narrativo desde su primer film y probablemente gracias a ello ha podido ir depurándolo hasta construir obras prácticamente perfectas. Normalmente se le achaca que sus películas tengan un ritmo lento interrumpido por destellos de extrema violencia. Pero es precisamente eso lo que da un carácter único y personal a sus películas y que las diferencia del resto de thrillers.
Dragged Across Concrete junta a Mel Gibson y Vince Vaughn como pareja policial a la que se le releva de sus puestos temporalmente a causa de la violencia con la que tratan y solucionan sus casos. Desesperados por un sistema que no les recompensa económicamente como ellos creen que se merecen deciden investigar un caso por su cuenta con la intención de hacerse con algo de dinero. Lo que no se esperan es que se enfrentarán ante un robo a un banco organizado por un grupo de criminales sin escrúpulos. Un buen porcentaje de la película descansa sobre las horas de vigilancia que hacen los policías corruptos analizando su objetivo. Escenas en las que realmente no pasa nada, simplemente hablan entre ellos, hacen guardias o descansan. Pero Zahler también se interesa por las vidas personales de los policías y logramos entender porque han decidido dejarse arrastrar por la corrupción. Aquellos que quieran ver la película solo por las magníficas escenas de violencia y gore que caracterizan al director se verán recompensados con la última media hora de película. Sin embargo el ritmo narrativo de la película no se acelera y el conflicto violento también necesita su tiempo para culminarse.
El reparto actoral, un peculiar sentido del humor, la dirección de fotografía y sobre todo un magnífico tratamiento de la banda de sonido (muchas veces exagerada y con una personalidad propia) hacen que aunque el viaje de la película sea largo y lento el espectador se sienta cautivado desde la primera secuencia. Cuesta imaginar que Zahler vaya a realizar una película más depurada como Dragged Across Concrete, pero es un hecho que de momento cada nueva película es mejor que la anterior. De momento su próximo proyecto es una serie de televisión en la que vuelve a sus orígenes del western. Habrá que estar pendientes de como se le da la incursión al mundo televisivo.
[amazon_link asins=’B07B5WB6C5,B01BHBV1I0′ template=’ProductCarousel’ store=’cinenser-21′ marketplace=’ES’ link_id=’240a0250-ceb8-11e8-847e-bb6204282f08′]