Uno de los géneros que más se ha dejado ver en Sitges ha sido el del western. Desde aquellos futuristas en un mundo apocalíptico como Autómata o Young Ones, pasando por el western de gangsters en clave cómica de In order of disapearance, hasta llegar al western en forma de road movie desarrollado en The rover. Pero, ¿Por qué estás películas pueden catalogarse como westerns? ¿Cuáles son las características que comparten? Pues bien, todas estas películas suelen tener una misma estructura.
Al inicio de la película el protagonista se ve amenazado y pierde algo importante de su vida. El resto de la obra se basa en todo aquello que el protagonista hará para recuperar lo que ha perdido y, en los casos de que no sea posible, buscará venganza. Esta estructura se desarrolla de forma esquemática en The rover. La vida miserable del vagabundo Eric se ve alterada por el robo de su coche por parte de unos criminales fugitivos. Sin saber exactamente la razón, Eric se empeñará en recuperar su vehículo, y hará todo lo posible para conseguirlo. The rover es sobre todo la historia de un viaje (road movie), por una Australia devastada y por el interior de los pensamientos del protagonista. Eric conocerá una persona clave durante su viaje, Rey (interpretado por Robert Pattinson), que abandonado por la banda de los criminales que busca Eric, le ayudará a encontrarlos.
The rover es una película muy lírica que contrasta con las escenas más violentas de la obra. No se le otorga en ningún momento un tono épico a la figura del protagonista, seguimos pensando que es un miserable aunque vaya asesinando a todo aquel que se cruza por su camino. El momento más climático de la película se encuentra cuando el espectador conoce el motivo de la sangrienta venganza de Eric. The rover, de David Michôd, es una obra que pese a su aparente lentitud esconde una vibrante historia enmarcada en la estética del western.
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