Aquellos que se lo pasaron genial viendo Hierro 3, aquellos que disfrutaron como críos con Soy un cyborg, y aquellos que en general sois amantes del cine surcoreano y muy especialmente de Kim Ki-duk, probablemente os llevéis un chasco viendo su nueva obra.
One on one es una película que pretende ser un retrato de la corrupción coreana,y para ello se vale de un análisis muy superficial de una gran variedad de personas relacionadas con el brutal asesinato de una niña. Los protagonistas son un grupo de ciudadanos, muy diferentes entre ellos, que a través de la tortura de los principales sospechosos del asesinato buscan venganza y la verdad.
One on one es una película de dos horas que se podría condensar en tan solo media. Los interrogatorios y torturas son demasiado dilatados, la obra intenta abarcar el retrato de tantas personas que el espectador muchas veces se siente perdido y le cuesta empatizar con alguno de los protagonistas. One on one, nos enseña un sistema político corrompido, inmenso, muchos eslabones de una misma cadena imposibles destruir. El mensaje que quiere transmitir no es nuevo, pero es lo único bueno que se puede extraer de la obra. La película también conserva elementos propios del estilo visual y narrativo de Kim Ki-duk, pero esperemos que el director surcoreano vuelva a deleitarnos con las buenas películas a las que nos tenía acostumbrados.
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