Cuando uno piensa en James Franco, piensa en el pretencioso actor y sex symbol. Muchos desconocen su faceta como director/productor y profesor/estudioso de cine. Hay que decir que tampoco destaca por ser un talento portentoso como creador de películas, pero después de ver Child of God creo sinceramente que debería abandonar su faceta como actor y explotar su faceta artística y creativa.
Child of God es un antiwestern que plasma la pobreza y decadencia de la América más rural a través de un personaje tremendamente potente. Lester Ballard es un ermitaño, un salvaje por naturaleza que vive en el bosque donde encuentra sus víveres a través de la caza. Pero el salvajismo interno de Ballard no es bien recibido por la gente civilizada del pueblo que teme que acabe cometiendo una locura. Es importante entender que se aísla por voluntad propia pero también porque la sociedad lo quiere así. Nos sabemos nunca el origen del comportamiento de Ballard, simplemente sabemos que es un animal en el cuerpo de un hombre.
Child of God está perfectamente estructurada en tres partes diferentes que coinciden con cada uno de los actos del guion. La primera parte altera totalmente al espectador mostrando momentos episódicos cogidos al azar de la vida de Ballard; nos los presenta de una forma muy delirante a través de una dirección más cercana al documental o al Dogma 95, Franco intenta decirnos que ese salvaje es real. La segunda parte nos muestra la vida de Ballard de una forma más continua; la cámara se estabiliza, y observamos con detalle los momentos más relevantes de la vida del protagonista. Ballard cada vez es más macabro, más salvaje, se convierte en un completo psicópata y el pueblo no tardará en reaccionar. La tercera y última parte del film se basa precisamente en la reacción del pueblo liderado por James Franco (no ha podido evitar la tentación de salir en su película), que no dudará en darle a Ballard. Pero hay algo que el pueblo no sabe, Ballard, pese a su actitud psicópata y salvaje es extremadamente inteligente y escurridizo.
Se nota que Franco se preocupa por la dirección, la estructura narrativa y el acting (cabe destacar la gran interpretación de Scott Haze como Ballard). Child of God no es una obra de arte pero sí es una obra original, que intuye un buen futuro para Franco como director.
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