Tal vez lleguemos un poco tarde y ya habéis ido al cine a ver esta película. De hecho ha sido un moderado éxito en nuestro pais, demostrando que las comedias románticas siempre son un buen gancho en taquilla. Los dos puntos supuestamente originales de Sin compromiso radican en el personaje femenino: En primer lugar es ella la que huye del compromiso; y segundo, ella es Natalie Portman, una actriz que no se prodiga en este tipo de películas.
Y ya se acabó la originalidad. El resto es una sucesión de tópicos inigualables. Que si, que es una comedia romántica y ya sabemos de que va esto. Pero es que está todo hecho con una desgana, sosería y poca gracia que es desesperante. Sorprende que un veterano como Ivan Reitman no sea capaz de darle un poco de ritmo al asunto para que no nos aburramos tanto. Además, el que se supone que es el tema de la película, la dicotomía sexo/amistad, está tan mal planteado y desarrollado que tienen que meter subtramas para rellenar (¿la relación de Ashton Kutcher con su padre qué aporta?).
Es comprensible que Natalie Portman quisiese un descanso psicológico tras Cisne negro y se limita a desplegar su encanto natural. Ashton Kutcher luce su palmito de chico encantador que le sienta tan bien y punto. Y poco más que decir. Siempre nos quedará Cuando Harry encontró a Sally como referente.