Última crónica desde la Semana Internacional de Cine de Valladolid con cuatro películas de marcado carácter femenino: la lucha contra un monopolio lechero en The County, los problemas de unas madres solteras en Marruecos en Adam, el folletín brasileño La vida invisible de Eurídice Gusmão, y el drama alemán La profesora de piano.
Oro blanco (Héraðið, Grímur Hákonarson, 2019)
Tras la atención cosechada con Rams, el director islandés Grímur Hákonarson, vuelve a un entorno rural para contar la historia de Inga, una granjera que se enfrentará a la cooperativa a la que pertenece, acusándola de monopolio y poniendo en su contra al resto de agricultores.
Está claro que lo que interesa a Hákonarson es el duelo entre el ser humano individual contra la colectividad mal entendida. Para ello, el director islandés usa todos lo recursos dialécticos imaginables (al más puro estilo yanqui) para situar siempre por encima a su personaje protagonista, frente al malvado cooperativista que al final ni siquiera resulta ser tan malvado. Inga usa la palabra mafia con enorme facilidad, pero Hákonarson traiciona el discurso de su heroína porque aquí ni hay mafia ni la corrupción es tan grave. Finalmente se impone un discurso neoliberal (el empeño de Inga es poder vender su leche a quien quiera, ignorando los acuerdos de la cooperativa) en una cinta tan agradable como tópica en sus formas (con momento de canción liberadora incluida).
Adam (Maryam Touzani, 2019)
Adam presenta a dos mujeres marroquíes con perspectivas muy diferentes pero más cercanas de lo que parecen: Abla es propietaria de una pastelería y vive su viudedad junto a su hija de 8 años; Samia es una joven embarazada sin hogar ni familia que la acoja. Pese a la reticencia inicial, Abla acogerá a la Samia, estableciendo una amistad en principio inesperada.
Maryam Touzani dirige este drama íntimo, encerrado prácticamente entre cuatro paredes, donde asistimos a la inevitable evolución de los dos personajes: la cerrada en sí misma Abla se abrirá al mundo; Samia aceptará su destino como madre. Touzani rueda con mimo y crea varios momentos llenos de sentimiento, pero no llega a controlar el tono que a veces se torna excesivamente dramático, haciéndonos temer lo peor por momentos. Aún así, una película estimable pero falta de nervio en su puesta en escena que no llega a aprovechar lo claustrofóbico de su entorno.
La vida invisible de Eurídice Gusmão (A Vida Invisível, Karim Aïnouz, 2019)
La brasileña La vida invisible de Eurídice Gusmão vino a salvar la sección oficial de la Seminci del tedio y academicismo reinante (porque el cine de autor también puede ser académico). La película de Karim Aïnouz adapta la novela Martha Batalha del mismo título donde se nos narra la historia de dos hermanas, Eurídice y Guida, a lo largo de varias décadas, desde 1950 a la actualidad.
Aïnouz traza un relato de raíz folletinesca donde el paso del tiempo se erige como tercer protagonista en una cinta que hace gala de un cuidado tono melodramático. A ello se le añade un peculiar trabajo de cámara con sabor añejo que demuestra que al menos Aïnouz valora sus expresivas imágenes. Por último, se le une la magnífica labor de Carol Duarte y Julia Stockler, las dos hermanas de destinos tan diferentes que consiguen transmitir con veracidad la alegría, desesperación y nostalgia por un tiempo no vivido. La vida invisible de Eurídice Gusmão plantea temas como la fuerza de la memoria y la lucha por lo inevitable con suficiente sutileza como para considerarla una de las mejores películas vista en Valladolid.
La profesora de piano (Lara, Jan Ole Gerster, 2019)
Cuando parecía que habíamos tocado techo con la película de Karim Aïnouz, se presentó la última película a concurso, Lara (bautizada como La profesora de piano en su futuro estreno en España allá por marzo de 2020) del director alemán Jan Ole Gerster: las 24 horas de una madre que cumple años y planea asistir al concierto de piano de su hijo. En este tiempo, reflexionará sobre su pasado, sus relaciones con su hijo y su entorno y su incierto futuro.
La sombra de Ingmar Bergman es alargada en Lara, no solo por una protagonista de marcado carácter existencialista sino por una cuidada puesta en escena y un montaje preciso: Ole Gerster filma el guion de Blaz Kutin con extremo cuidado a las reacciones de sus personajes dando a estos una gran hondura. Así, Corinna Harfouch saborea cada pliegue de su personaje y Tom Schilling demuestra porqué era lo mejor de la desastrosa La sombra del pasado. Una película que demuestra que, aquí sí, hay un autor que igual que conoce los modos del pasado consigue una obra actual que no solo habla de problemas del primer mundo sino que consigue cierta universalidad.
Palmarés de la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid
Espiga de Oro a mejor película: Öndög (El huevo del dinosaurio) de Wang Quan’an
Espiga de Plata a mejor película: A vida invisível de Eurídice Gusmão (La vida invisible de Eurídice Gusmão) de Karim Aïnouz
Premio Ribera del Duero al mejor director: Rúnar Rúnarsson por Bergmál (Echo)
Premio Pilar Miró al Mejor Nuevo Director: Mounia Meddour por Papicha
Premio a Mejor actriz: Carol Duarte y Julia Stockler por La vida invisible de Eurídice Gusmão
Premio a Mejor actor: Levan Gelbakhiani por Da Cven Vicekvet (And Then We Danced)
Premio a Mejor fotografía: Aymerick Pilarski por El huevo del dinosaurio
Premio Miguel Delibes al Mejor Guion: Jean-Pierre y Luc Dardenne por Le Jeune Ahmed (El joven Ahmed)
Premio José Salcedo al mejor montaje: Marie-Hélène Dozo y Tristan Meunier por El joven Ahmed
Premio FIPRESCI: La vida invisible de Eurídice Gusmão de Karim Aïnouz
Mejor película jurado joven: The Farewell de Lulu Wang
Premio del público: Papicha de Mounia Meddour