Desde la primera escena de Ricki tenemos a una convincente Meryl Streep vestida como una estrella caída del rock tocando la guitarra todas las noches junto con Greg (Rick Springfield) y toda la banda -The Flash-; pero por las mañanas Ricki debe pagar las facturas y trabaja como cajera de supermercado de una cadena eco-friendly. Esta vida rutinaria se verá pausada cuando su hija, a la que hace años que no visita, entra en una depresión después de que su marido se fuera con otra. Así que sin pensárselo dos veces Ricki cogerá un avión para estar con ella y allí se reencontrará con toda la familia, exmarido incluido.
Y bajo esta premisa se desarrolla toda la película con numerosos altibajos en la que básicamente se nos intenta hacer ver cómo la inadaptada social que es Ricki (apenas puede llegar a fin de mes, viste como si aún tuviera 20 años, etc.) en realidad no es tan mala madre como sus hijos creen y que simplemente escogió el camino de la música, un camino que parece estar vetado a las mujeres (porque siempre tienen que ser ellas las dueñas de su casa).
Sin lugar a duda lo mejor de toda la película (además del mero hecho de ver a nuestra querida Meryl Streep en pantalla) es el grupo que tiene Ricki, Ricki & The Flash, una banda que interpreta versiones clásicas del rock en un local de mala muerte, desde Tom Petty, pasando por Bruce Springsteen… hasta el Bad Romance de Lady Gaga.
Aunque Ricki ha sido dirigida por Jonathan Demme (El silencio de los corderos, Philadelphia) y tiene como guionista a Diablo Cody (Juno, Young Adult) dista mucho de ser la película del verano. Por desgracia tampoco veremos en ella la mejor actuación de Meryl Streep (el último papel interesante que hizo fue en Agosto), simplemente es un melodrama ligero con una buena banda sonora y que hará a algunos sobrellevar mejor la vuelta a la rutina que supone la llegada de septiembre.
https://www.youtube.com/watch?v=gCbpEYZ1_Sk
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