Este fin de semana es especial para los amantes del cine de animación y en concreto del estudio Ghibli. En España se estrenan simultáneamente los dos últimos trabajos del emblemático estudio de animación asiático. Tras la marcha del fundador Hayao Miyazaki, cuyo imaginario y películas habían convertido Ghibli en un sello cinematográfico de calidad, apareció la duda de si la productora continuaría manteniendo el nivel de sus películas y si se echaría en falta la presencia del gran arquitecto y creador japonés. Si este fin de semana solo se estrenara El recuerdo de Marnie, esas sospechas encontrarían ahora razones de peso para ser fundadas; sin embargo El cuento de la princesa Kaguya es el contrapunto de calidad necesario para seguir creyendo en el estudio Ghibli y en sus maravillosas películas.
Es difícil entender como El recuerdo de Marnie ha causado tantas buenas opiniones entre crítica y público hasta el punto de conseguir este año una nominación de los Oscar a mejor largometraje de animación. El film se intenta vender como una película para niños que también cautivará a los adultos. Probablemente lo consiga, pero los verdaderos amantes de las películas de animación de Ghibli se darán cuenta de que El recuerdo de Marnie está a un nivel inferior del legado que le antecede.
La hibridación de fantasía y realidad es una de las marcas más importantes que distinguen al estudio y sus películas. En prácticamente cada una de ellas se crea un universo imaginativo alrededor de sus protagonistas, el cual los diferencia –y, en muchas ocasiones, los protege- de la realidad social/histórica circundante. Así ocurría ya en dos de las más aclamadas obras del estudio, que además de ser las primeras del mismo se estrenaron –al igual que ocurrirá este fin de semana con estos dos nuevos títulos-, al mismo tiempo. Estamos hablando de La tumba de las luciérnagas y Mi vecino Totoro.
Estos universos, basados en la realidad permitían la perfecta introducción de la fantasía y mundos oníricos que más caracterizan el estudio Ghibli. En El recuerdo de Marnie, sin embargo, se nos presenta una realidad insulsa basada en tópicos a servicio de las fugas de realidad que presenta. Anna, una niña adoptada con problemas para hacer amigos, se retira al campo para recuperarse de problemas de asma. Allí conocerá a Marnie, una chica de su edad que parece vivir en una mansión abandonada. Se harán mejores amigas pero Anna poco a poco irá descubriendo que Marnie pertenece a una época del pasado y solo se le aparece a ella por razones que desconoce.
El misterio a partir del cual se construye la película no es lo suficientemente potente como para sostener el peso de la película. Por esa razón acaba rellenando los huecos estructurales con un exceso melodrama que sobrepasa incluso lo permisible en este tipo de películas.
Pese a todas sus carencias El recuerdo de Marnie es una película entretenida que agradará a pequeños y adolescentes ya que transmite ciertos valores con los que se pueden sentir tremendamente identificados. Ese es el gran punto fuerte de la obra que conseguirá atraer al público y que lamentablemente hará que su competencia en cartelera, El cuento de la princesa Kaguya, pase desapercibida.
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