El documental El gran silencio (sobre la vida en un monasterio de unos monjes cartujos) fue uno de los grandes sleepers de hace unas temporadas, por ello saber qué podría hacer su director con un material de ficción generaba muchas expectativas.
Phillip Gröning nos introduce de lleno en la vida familiar de un joven policía, su esposa y una hija pequeña. Asistimos como observadores al día a día de este hogar y sus acciones cotidianas hasta que de repente nos vemos sumidos en una historia de horror y maltrato.
La película se estructura en una serie de 59 episodios, cada uno precedido por su correspondiente letrero de ‘comienzo del episodio…’ y rematado por un ‘final del episodio…’ Algunos de ellos son cortos e insignificantes (un conejo que corre por el bosque) y otros estremecedores y brutales (cualquiera de los episodios de malos tratos). Todo se expone con frialdad documental y sin concesiones al espectador. El extraño ritmo que va creando la continua sucesión de episodios (a lo largo de tres horas) te aleja cada vez más de la tragedia familiar y no ayuda a centrarse en lo importante.
Los datos sobre las motivaciones y psicología de los personajes son casi nulos. Del policía maltratador y su esposa no sabemos nada más que lo que vemos entre las paredes de la casa, lo que hay más allá de esos muros y su relación con el mundo se obvia por completo. Es la hija del matrimonio (prodigiosamente interpretada por las gemelas Pia y Chiara Kleemann) la que ofrece los pasajes más emocionales y complejos. A través de sus inocentes ojos sentimos el verdadero alcance (más allá de las heridas que se ven) de esta crueldad irracional y de cómo esta contamina progresivamente su pequeña alma.
The police officer’s wife maneja un material de primera y extremadamente potente, para a continuación rozar lo innecesario, superfluo y vacío. El desequilibrio es constante, y parece que es la ambición desproporcionada del director la que no permite encontrar la medida exacta para conducir este desenfreno (¿eran necesarios un tan dilatado metraje y la desesperante organización por capítulos?) Sus destellos de gran cine (que los hay y muy grandes) no son suficientes para justificar su mayoría de imperfecciones, y como se queda a medio camino de la obra maestra y el tedio desmesurado le planto 2 estrellas y media.