Pelis que se dejan ver el 24 de diciembre

El 24 de diciembre de 2025 la cartelera llega cargada de cine de autor con Father Mother Sister Brother de Jim Jarmusch, la argentina Homo Argentum, los documentales Eloy de la Iglesia, adicto al cine y Santiago Sierra. El dedo en la llaga, el terror de Keeper y la propuesta coreana en Filmin En la corriente de Hong Sang-soo, ideales para cerrar el año con historias de diferente intensidad.

Father Mother Sister Brother (Jim Jarmusch, 2025)

Con una carrera desigual, Jarmusch sintoniza más con la audiencia cuando —como es el caso que nos ocupa— opta por relatos desnudos y mínimos, como sucede con piezas llenas de encanto y de vida como “Flores rotas” o “Paterson”. Tres relatos independentes, aunque con el mismo tema de la relación de hijos con los padres, que transcurren en Estados Unidos, Dublín y París, sirven respectivamente para mostrar el encuentro de una hija y su hermano con un padre anciano, de dos hermanas con su madre que las invita a merendar y de una joven y su hermano gemelo que evocan la vida de sus padres. Todo parece cotidiano y casual, lleno de silencios, sin conflicto que dirimir, con los afectos contenidos… pero el espectador se interesa por esos tipos de mediana edad y la relación que tienen con sus padres ya ancianos o que han fallecido. No hay optimismo ni tampoco un juicio severo sobre esas relaciones; más bien, cierta desazón. Valiosa (justo León de Oro de Venecia).

Homo Argentum (Mariano Cohn & Gastón Duprat, 2025)

Los fans de Guillermo Francella, protagonista de la serie «El encargado», tienen aquí un recital interpretativo donde el actor porteño encarna a tipos y situaciones que vendrían a componer cierta idiosincrasia de lo argentino. Son 16 cortos muy variados, algunos meros esbozos o brevísimos apuntes, otros piezas completas, con la dificultad de un formato breve que siempre ha de tener una vuelta de tuerca. Los directores son la pareja artística más brillante y fecunda del cine en español y, probablemente, de las mejores del cine mundial. Me gustaron especialmente los dos últimos cortos, más elaborados: el del director de cine ofrece una crítica muy pertinente. Para disfrutarla no hay que pedirle mucho esta película que, básicamente, es un pequeño entretenimiento.

Eloy de la Iglesia, adicto al cine (Gaizka Urresti, 2025)

Se trata del director más representativo de la transición con sus provocadoras y populares películas de «cine quinqui» y de denuncia de la hipocresía de las instituciones (el partido, el Estado, la Iglesia) que no admitían la homosexualidad. Los jovenzuelos de entonces lo despreciamos porque nos parecía un cine sensacionalista, un tanto maniqueo, falto de finura, aunque reconocíamos el tirón de taquilla. Pasado el tiempo, Eloy de la Iglesia ha sido reivindicado y homenajeado: este documental repasa su vida y su cine con rigor, trazando un perfil bastante completo. No sé si las películas han envejecido o, por el contrario, resultan elocuentes como testimonio de una época: habrá que revisarlas.

Santiago Sierra. El dedo en la llaga (Enrique Palacio, 2025)

Merece la pena un trabajo destinado a dar a conocer a uno de los artistas españoles más crítico y político, además de provocador con obras de denuncia y una trayectoria radical, antisistema, que le lleva a rechazar en 2010 el Premio Nacional de Artes Plásticas. El documental reúne obras significativas de la amplia trayectoria internacional de Sierra, la mayoría son “performances” con un propósito político, como hacer tatuajes a personas (pagadas), teñir una bandera nacional con sangre de excluidos o llenar de gases de coches una sinagoga en Alemania. Estudiosos y artistas explican la figura de Sierra, quien no aparece en toda la película, probablemente por coherencia con su obra.

Keeper (Osgood Perkins, 2025)

Como hablaron bien de la última película de Osgood Perkins —hijo del actor que encarnó al protagonista de “Psicosis”, uno de los personajes más horribles del cine— me he animado con este título, a sabiendas de que el cine de terror no me asusta sino que me aburre. Y, efectivamente, así ha sido, pues todo el mecanismo de generar miedo a base de indicios raros, visiones y música “ad hoc” es tópico y más que sabido. Abstenerse, salvo espectadores con ganas de asustarse que no tengan bastante con el telediario.

En la corriente (Hong Sang-soo, 2024) (Filmin)

Sang-soo puede rodar —y escribir, hacer la fotografía y componer la música— dos y hasta tres películas al año. Claro que son piezas artesanales, con pocos personajes, luz natural y diálogos ricos en digresiones, como improvisados. Diríase que este cineasta coreano hace cine como respira y trata únicamente de captar fragmentos de la realidad más cotidiana; no es sencillo convertir en celuloide para ser contemplados y reflexionados esos diálogos engarzados por una trama más o menos convencional pero, sobre todo, capaces de esbozar algo del alma humana. Casi nada. No son películas fáciles ni solemnes; para verla con ganas.