En la trastienda de la San Diego Comic-Con Málaga, nos reunimos con una de las voces españolas más destacadas del cómic contemporáneo. Natacha Bustos, artista ibicenca que creció en Torremolinos y estudió Bellas Artes en Granada, ha conquistado las páginas de Marvel Comics y se preparaba para compartir los secretos de su oficio en la masterclass «Así se hace un cómic para Marvel». Su trabajo más destacado para las viñetas de Marvel es Moon Girl, una niña haitiana-estadounidense de 9 años, personaje que provocó un fuerte impacto cultural en 2015 y que resonó especialmente en la comunidad afroamericana. Igualmente, Natacha ha dejado la huella de su pincel en títulos protagonizados por Spider-Woman, Miles Morales: Spider-Man, Black Panther e incluso Star Wars.

¿Cuál es la diferencia fundamental entre crear un cómic para el mercado español versus trabajar para Marvel? ¿Cómo adaptas tu estilo artístico a las demandas editoriales americanas?
La principal diferencia es que el mercado del cómic español no permite que los artistas vivan de esta profesión. Por eso, quienes queremos dedicarnos a esto debemos buscar otros mercados. Normalmente optamos por Francia, por cercanía, y otros nos dirigimos a Estados Unidos, donde hay editoriales importantes como Marvel o DC. Aunque existen muchas otras editoriales menos relevantes, también es posible encontrar allí oportunidades laborales que merezcan la pena.
Natacha Bustos: «el mercado del cómic español no permite que los artistas vivan de esta profesión».
En tu masterclass mencionarás el proceso desde el briefing inicial hasta la entrega final. ¿Podrías adelantarnos cuáles son las claves de tu charla?
Normalmente empiezo explicando cómo llegué a trabajar para Marvel, porque mucha gente tiene interés en saber cómo es posible acceder a ese mercado desde España. Explico los pasos y bases para llegar allí. Después entro en la parte técnica: hablo del contacto con el editor, los equipos creativos y cómo se establece el sistema de trabajo. Detallo cómo se hace un guion, cómo lo recibo y cómo trabajo con el layout, que es el boceto previo antes de dibujar en tinta. Explico el proceso desde el entintado hasta el color, la importancia del colorista y cómo llega finalmente el cómic a los lectores, resaltando su relevancia. En la masterclass desarrollo todos estos puntos con más profundidad, pero estos son los momentos clave y donde suelen surgir los principales desafíos creativos.

Moon Girl se ha convertido en un personaje icónico que representa a una nueva generación. ¿Cómo logras equilibrar la representación de una niña afroamericana superdotada sin caer en estereotipos, especialmente siendo española?
En este caso, el trabajo de los guionistas fue clave. Desde el principio se estableció que el cómic debía ser divertido y enfocado en la aventura, no solo en la niña protagonista. Después, la historia fluye por sí sola, llena de momentos alucinantes, sorprendentes y divertidos, y no importa si es una niña, un gatito, un perrito o un dinosaurio rojo. Lo importante es crear una historia que atrape y conecte con personajes interesantes. Por ejemplo, cuando recibí el correo preguntando si quería hacer un cómic sobre una niña y un dinosaurio rojo, pensé que podía ser muy divertido y genial, y así lo enfocamos.
Has trabajado con personajes diversos como Moon Girl, Miles Morales y en proyectos como Black Panther. ¿Cómo crees que está evolucionando la representación en los cómics de superhéroes y cuál es tu responsabilidad como artista en este proceso?
Ahora hay una demanda clara de cómics diversos, aunque siempre se ha dicho que faltaba diversidad. Sin embargo, en los años ochenta ya estaban los X-Men de Chris Claremont, que eran un claro ejemplo de diversidad y crítica social, especialmente con las historias de segregación y lucha por destacar siendo diferente. Los personajes diversos siempre han existido, pero hoy se les da más visibilidad en el cine y las plataformas, lo cual considero muy necesario y positivo. Me alegra ver que ahora hay personajes de todos los colores y orígenes sociales y que los lectores jóvenes tienen ese acceso, algo que no ocurría cuando era pequeña. Yo, por ejemplo, de niña leía La patrulla X principalmente por Tormenta, porque apenas había otros personajes afrodescendientes. Siempre veo beneficiosos estos personajes, pero no como una imposición, sino porque hacen cosas excepcionales; su raza u origen es solo una casualidad, lo importante es lo que aportan a la historia.
Natacha Bustos: «Con el tiempo, he aprendido a valorar más cómo se cuenta la historia que el simple hecho de dibujar bien o poner muchos colores».
Como parte del programa Stormbreakers de Marvel, ¿qué consejos darías a dibujantes españoles que sueñan con trabajar para las grandes editoriales americanas? ¿Existe una «receta» real para llamar a esa puerta?
No sabría decir si hay una receta exacta. Personalmente, recomendaría empezar leyendo muchos cómics y luego dibujar sin parar. También ir a convenciones donde puedas mostrar tu portfolio, porque allí recibes mucho feedback, y rodearte de gente que haga lo mismo o que ya publique, para que puedan darte consejos útiles. Lo importante es aceptar esos consejos y seguir adelante, sin dejar de intentarlo. Llegará un momento en el que, o llegas o no, pero lo fundamental es seguir intentándolo siempre.
Has hablado de intentar que tus páginas produzcan un efecto de asombro en los lectores. ¿Cómo decides cuándo una viñeta merece esa atención especial y cómo construyes esas splash-pages memorables?

Es algo que Marvel suele pedir, igual que al guionista. Se trata de balancear la idea de crear una página que sorprenda, siguiendo el método clásico de Marvel. Jack Kirby, por ejemplo, creaba páginas increíbles, como pósteres que te gustaría tener en la habitación, y ese legado se mantiene. Ya no es como las páginas clásicas de nueve viñetas de Steve Ditko, sino que Kirby rompía esos esquemas con dibujos impactantes y pop que te atrapan al abrir la página.
Me encanta hacer ese tipo de páginas y he participado en colecciones donde te piden recuperar esa esencia clásica. Marvel apuesta por personajes humanos que viven cosas extraordinarias, y esas splash pages reflejan ese momento de transformación, ese boom. Te lo piden desde la narrativa, desde la visualización, aunque a veces cueste decidir el enfoque. Yo disfruto mucho dibujarlas porque me permiten ilustrar de forma más espectacular y menos limitada por la comunicación directa de un mensaje. Algunas de esas páginas me han dado mucha satisfacción y estoy realmente orgullosa de ellas.
Tu trabajo muestra influencias del manga, aunque dices haber evolucionado hacia un estilo más propio. ¿Cómo fue ese proceso de encontrar tu voz artística única dentro del mercado americano?
Creo que fue un proceso bastante inconsciente. Siempre me ha gustado mucho el manga y solía dibujar y copiar mucho manga, pero veía complicado trabajar en Japón. Sin embargo, vi que había autores que hacen manga y viven de ello perfectamente. En un momento decidí leer otras cosas más allá del manga y descubrí autores franceses. Ya después investigué otros como Fredrick Peters, y la obra del americano Craig Thompson, que me influyeron mucho a nivel narrativo. También tomé referencias de autores españoles como Javier Rodríguez, Javier Pulido y Marcos Martín, adoptando maneras diferentes de hacer cómics, menos clásicas que las de los superhéroes tradicionales.
Con el tiempo, he aprendido a valorar más cómo se cuenta la historia que el simple hecho de dibujar bien o poner muchos colores. Ahora disfruto observando cómo se resuelve una escena y cómo se enlazan las viñetas. Cuando encuentro un cómic capaz de sorprenderme de esa forma, siento que es un cómic para conservar siempre.
Natacha Bustos, dibujante española para las editoriales Marvel Comics y DC Comics.
