Tras una fructífera carrera en el mundo del cortometraje, el cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul debuta en el largometraje el año 2000 con Mysterious Object at Noon, película que se estrena por primera vez en nuestro país en una versión restaurada.
Financiada con un presupuesto mínimo, en un rodaje cercano a la guerrilla, Mysterious Object at Noon anticipa la que serán algunas de las contantes del autor como la aparición del misterio en un contexto cotidiano y el uso del cuento tradicional como motor a otros relatos que funciona aquí como un cadáver exquisito. La película mezcla ficción y realidad con unas formas más documentales que en sus últimos trabajos, mientras viaja desde los campos tailandeses hasta Bangkok. Durante este viaje, el equipo oirá a travéss de diversas fuentes la historia de un niño discapacitado con poderes sobrehumanos y su profesora.
Con Mysterious Object at Noon, Weerasethakul consigue imprimir de magia lo que en principio en manos de otro cineasta hubiese sido una simple sucesión de estampas cotidianas en forma documental. El director alterna el documental en sí junto con imágenes del rodaje del mismo, de forma que nos hace partícipe del proceso creativo sin que esta opción parezca un making-of. Al contrario, Weerasethakul se convierte por momentos en otro personaje más de la obra junto al misterioso objeto del que todos hablan y pocos saben. De este modo, se presenta definitivamente el tema que quiere tratar Mysterious Object at Noon: la naturaleza móvil, indefinida y mutante de la(s) narración(es) y lo complejo que es de dotar de sentido a un relato fragmentado, aunque el origen sea el mismo.
El estreno tardío de Mysterious Object at Noon viene decirnos que el cine de Apichatpong Weerasethakul debe ser recuperado, examinado y, sobre todo, sentido, perdiendo el miedo a lo no convencional; arrastrándonos al misterio de un cineasta que en algún momento debería salir de las catapultas del cine más escondido y comenzar a llegar a un público más amplio. Todo es ponerse.