Los comics de Power Pack son uno de los pocos acercamientos a un público netamente infantil por parte de Marvel. Editado a mediado de los años 80, el comic nos presentaba a cuatro hermanos con poderes de origen extraterrestre.
En 1991 se produjo un piloto de 27 minutos con escasos medios, lo que mata desde el principio cualquier posibilidad de disfrute. Nuevamente, estamos ante un producto cutre que hubiese necesitado de un presupuesto decente para hacerse realidad de forma satisfactoria. Los imprescindibles efectos especiales no eran sorprendentes ni para la época y por tanto todo se quedó en el limbo de las series que afortunadamente nunca vieron la luz.
Generation X fue el otro acercamiento a un público juvenil ideado por Marvel. Esta vez se trataba de un spin-off de X-Men centrado en sus componentes adolescentes que se editó en 1994. En este caso el grupo de mutantes está comandado por Banshee y Emma Frost y se localiza en una escuela situada en Massachusetts.
La Fox solo tardó dos años y en 1996 produjo una TV-Movie con idea de expandirla a una serie completa. En principio se iba a emitir junto a el gran éxito del momento, Expediente X (¿pilláis la gracia?) pero de nuevo la falta de presupuesto hizo estragos. Se eliminaron los personajes más complejos a la hora de realizar los efectos especiales y, por tanto, cualquier atisbo de espectacularidad quedó en el cajón. Al final se resume en una cosita más parecida a Sensación de vivir que a cualquier película de los X-Men.