En esta vida hay cosas que uno no acaba de comprender. El caso del éxito de Lincoln forma ya parte de esos misterios sin resolver que me acompañará durante mucho tiempo. Ya no es que esté nominada a un puñado de Oscars, como si eso significase algo, si no que ha sido un éxito de público bestial en Estados Unidos con más de 160 millones de dólares recaudados. Quiero creer que la clase de historia que imparte la película en los USA la tienen muy bien asimilada y lo mismo les ha parecido una película ligerita.
Lincoln nos cuenta cómo el presidente republicano logró los votos suficientes para abolir la esclavitud en contra del partido demócrata. Este logro político apresuró el fin de la guerra civil en el que el país se encontraba. Obviamente a un profano en la política estadounidense todo le sonará a chino mandarino pero es que incluso teniendo un mínimo conocimiento sobre el tema Lincoln rezuma una densidad impostada que hace que las dos horas y media que dura se hagan eternas.
En poco ayuda que el retrato que se hace de Lincoln sea el de un tío de lo más pesado que no paraba de contar batallitas y hacer gracietas. Bien, nos queda claro que era un señor con un particular sentido del humor, pero también un poco plasta que además trataba a la mujer con la punta del pie. El señor Day-Lewis se va a agenciar su tercer Oscar por hablar bajito y poner voz rara. Es esta una película donde todo el mundo habla normal excepto el protagonista. Si la habéis visto sabréis de lo que hablo. Y a mi el que me diga que es que Day-Lewis se transmuta en Abraham Lincoln y lo hace muy bien me habla más del departamento de maquillaje que de la propia labor del actor inglés. Yo, en todo momento, no dejé de ver a Daniel Day-Lewis mal disfrazado de Abraham Lincoln.
Acabar diciendo que la fotografía de Lincoln es excelente es hacerle un muy flaco favor al señor Spielberg. Probablemente estemos ante una de las películas más aburridas que uno puede encontrar ahora mismo en cartelera. “Es mi película más europea”, dijo Steven Spielberg en su reciente visita a España. Pues eso, perpetuando el tópico de que el cine europeo tiene que ser un coñazo. Ya no se libra nadie de los tópicos.
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Yo no la encontré tan aburrida y sí me parece espléndida la interpretación de Day-Lewis. ¿Es igual de meritorio interpretar un personaje real que uno inventado? Ahí ya no creo que sea así. Siempre me ha parecido, hasta cierto punto, más fácil asumir los gestos y el habla de un personaje real. Sin ir más, lejos, aquel año en que Jamie Foxx fue doblemente nominado merecía más el Oscar por Collateral que por «imitar» a Ray Charles. De todas formas, creo que en ‘Lincoln’ se ha producido el efecto de que, a nivel subconsciente, Daniel Day-Lewis no se ha convertido en Lincoln sino que Lincoln se ha convertido en Daniel Day-Lewis. Quiero decir que desde ahora, cada vez que oigamos hablar del ex-presidente americano asociaremos directamente su persona con Day-Lewis. Pero vamos, es solo una suposición.
Con respecto al aburrimiento, a mí me ocurrió al contrario. Eran tan pocas las ganas que tenía de ver la película, era tal la pereza que en el fondo se me hizo entretenida y todo. Y eso me pareció un genial trabajo por parte de Spielberg.
Un saludo!
Tenemos el ejemplo del año pasado de Meryl Streep que ganó un Oscar por imitar a Margaret Thatcher 😉
Bueno, no soy ninguna experta. No he visto Lincoln, la veré, seguro, pero si tan aburrida es…. mejor veo Lincoln cazavampiros, que fijo que entretiene. ¿No?
E.R.
La de Cazador de Vampiros es hasta entretenida al lado de esta 🙂
Qué aburrición!!!!! Por Dios casi entro en estado de coma jajaja
Si no puedes dormir… pónla
totalmente de acuerdo, UN COÑAZO!!!! Como tengas un poco de sueño te quedas frito al instante!!! hay que estar muy muy despierto para aguantarla… De las peores peliculas de Spielberg, por lo menos de las mas lentas y aburridas. No dice nada, siempre estan en el mismo sitio y lugar, es que si el tiempo no pasase. SE HACE ETERNA.