La friolera de 12 años tuvieron que pasar para que John McClane volviese a nuestras pantallas. Eso para Hollywood es mucho tiempo y la verdad es que nadie esperaba ya que Bruce Willis retomase el personaje que le lanzó a la fama. Por aquel entonces John McTiernan, director de la primera y la tercera, ya había caido en desgracia y se acudió al joven Len Wiseman que venía de hacer las dos primeras partes de Underworld.
En La Jungla 4.0 la trama desarrollaba la idea de que McClane era un tipo analógico en un mundo digital al tener que enfrentarse a una manada de hackers. Por el camino se quedó la idea madre de las anteriores películas de confinar al personaje en un entorno (un rascacielos, un aeropuerto, Nueva York) pero se recuperó a la familia de John para ponerle en un aprieto.
Por desgracia, La Jungla 4.0 se convirtió en la primera película de la saga en tener una calificación para menores de 15 años a costa de eliminar violencia física, sangre y palabrotas. Toda esta reducción de carnaza derivó en una acción más digital, llegando a convertir a nuestro héroe en un pseudosuperhéroe entre camiones y aviones militares. También se fomentó más el humor con el personaje de Kevin Smith que encarnó a un gordo friki con la idea de atraer a público joven que no tenía ni idea de quien era John McClane.
Y al pobre Bruce se le ve cansado. Más de lo habitual. Su personaje ya casi no suda, ni sangra y por no tener no tiene ni pelo. De todos modos Wiseman no logró cargarse del todo a McClane y logró con La Jungla 4.0 una película medianamente entretenida pero que palidecía en comparación con el resto de la saga. Y poco más.