Se abre el telón y podemos ver el interior y exterior de un conocido hotel en Sarajevo donde se está esperando a una delegación de diplomáticos europeos que vendrán a conmemorar el centenario del atentado que costó la vida al príncipe y archiduque austriaco Francisco Fernando, detonante para el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Se cierra el telón ¿Cuál es el título de la película que comienza de esta manera? No estamos hablando del Overlook de El Resplandor, ni tampoco del New Hampshire o el Gran Hotel Budapest de Wes Anderson. Es el Hotel Europa, del francés Bernard-Henri Lévy que ha sido llevado al cine por el director bosnio Danis Tanovic, un lugar donde puede pasar de todo y a la vez, donde periodistas como Vedrana dan lecciones de historia y nuevos y jóvenes anarquistas se quejan de política en azoteas, donde los mafiosos, fuera de la ley, controlan todo a su antojo en los bajos del hotel, donde algunos huéspedes ensayan con nerviosismo discursos mientras son espiados por personal del Europa, donde la cocina y la lavandería escucha conversaciones poco oportunas entre familiares y otros que no lo son y sirve de lugar de reunión de huelguistas cabreados.
Gracias a un largo y casi eterno travelling hemos descubierto las entrañas del gigantesco Hotel Europa por el que vemos pasearse personajes de lo más diferente. Un 13 Rue del Percebe bosnio nada cómico y si muy dramático. Por sus pasillos, sus habitaciones, zonas secretas y oscuras como una sala de vigilancia o un casino y local de striptease se mueven como peces en el agua todos estos hombres y mujeres que intentan sobrevivir en un país todavía sacudido por la guerra civil de los 90 en los Balcanes, que dejó heridas abiertas sin curar entre ellos o entre ellos y nosotros. Ni un coro de niños cantando el himno europeo puede sanar odios antiguos y nuevos ni suavizar un clima de tensión que puede cortarse con una espada y que puede desembocar en una nueva guerra, esta vez no mundial, cien años después.
Se ha querido ver en el cine de Tanovic un poso del mejor Robert Altman, sobre todo en su íntimo costumbrismo y un diálogo desmesurado que deja poco lugar a la imaginación o a la interpretación pero también hay que hacer hincapié en ciertas maneras a lo Alex de la Iglesia con disparatadas carreras, búsquedas angustiosas y locos tiroteos en interiores que a veces lo hacen alejarse del drama para acercar posturas con el thriller.
La religión, la política o la historia no son temas tabú para este director que se atreve a ahondar en ellos y dar lecciones magistrales de crítica en boca de sus personajes. Hay problemas sociales que merecen ser revisados y solucionados y también luchas y disputas que necesitan ser contadas sin pelos en la lengua como aquella que tiene como protagonistas a los trabajadores y al patrón con reivindicaciones sindicales que deben ser escuchadas ipso facto.
Este año en la Berlinale ganó el Oso como mejor película Fuocoammare de Gianfranco Rossi pero Danis Tanovic supo encandilar también a la crítica con un premio dado por la FIPRESCI. Hotel Europa no está a la altura de su interesantísima película bélica En tierra de nadie pero tampoco baja tantos escalones y eso dice mucho de su talento del que seguramente tendremos noticias dentro de poco. En este año 2017 el cine independiente y nada comercial está comiéndole la tostada al largometraje de grandes presupuestos tal y como se ha demostrado en las nominaciones a los Oscar. Es por esto que la propuesta que hace el bueno de Tanovic está subiendo como la espuma y tiene un mayor recorrido por Europa llegando a la cartelera española este fin de semana. Ahora solo falta saber si se mantendrá o por el contrario echará a volar después de ser zarandeado por el público.