LICHT (Sección oficial) * ½
¡Al rico dramón de época, señora! ¡Tan fresco como un limón que lleva cinco meses en el fondo de su nevera! Licht (Mademoiselle Paradis) es una película formulaica, clásica, aburrida, de trazo grueso y resolución vacía, que parece estar contando una gran historia (basada en un hecho real, por supuesto) y en realidad cae en situaciones absurdas, escenas repetidas (en algún momento podrían haber hecho un corta-pega del guión, porque la trama no avanza precisamente a pasos agigantados) y diluye los temas que pretende tratar: el feminismo y el error de parar el progreso.
En Licht vemos la historia de Maria Theresa von Paradis, una pianista del siglo XVIII que tocaba de forma más que digna, sobre todo teniendo en cuenta de que era ciega. Pero hete aquí que un día se cura y, mientras descubre el mundo, empieza a tocar peor, y la gente que antes se maravillaba, ahora intenta humillarla. Vamos, que como diría Venga Monjas, “se hace la ciega pero ve de puta madre, en realidad ve”. Hora y media de bostezos y situaciones comunes después, el final no dejará pasar la oportunidad de explicar lo que pasó después mediante las típicas cartelas que no pueden faltar en ninguna película basada en hechos reales. Maria Dragus hace un gran papel con lo que tiene, pero ni el guión ni la dirección, ambos robóticos y serviles, hacen nada para que resalte.
LA CORDILLERA (Proyecciones Especiales Premio Donostia) **
Si me dijeran que este es el episodio piloto de una serie llamada La cordillera, puede que fichara por el segundo episodio para ver cómo avanzaba. Pero en una película es francamente inadmisible. No es que mantenga mal el tono o que las tramas no sean interesantes (en el plano político más, en el plano familiar y mágico menos), es que todo termina en mitad de ninguna parte, no en un final abierto, sino en lo que debería ser el punto de giro del segundo acto, una extrañísima decisión de Santiago Mitre, su director.
El otro gran problema de La cordillera es que la trama política resulta bastante comprensible e interesante, pero hacia la mitad decide introducir la subtrama de la hija del presidente, hipnotizada y recordando cosas que de ninguna forma podría recordar (trama que, por cierto, tampoco tiene final ni explicación). Por salvar algo de este episodio piloto sin continuación, y aunque sea una obviedad, hay que decir que Ricardo Darín está estupendo incluso cuando actúa con el piloto automático puesto. No quiero extenderme mucho más, ya que una de mis compañeras os traerá una crítica detallada en breve, pero creo que es necesario hablar de esta formulaica película que se cree House of Cards y apenas llega a Moncloa, ¿dígame?.
Hoy hemos cerrado el día con un documental de Zabaltegi, In the intense now, inclasificable y difícil de valorar, sobre la revolución parisina de Mayo de 1968 y la relación con su madre flipándolo en unas vacaciones en China. Todo ello contado con voz lánguida para que se note que es un documental artístico. Bueno.
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