La vejez. La última etapa de la vida. El momento donde pasado y presente se confunden y el futuro es algo incierto. Tres documentales presentes en el Festival Márgenes tienen como protagonistas a personajes que viven este momento.
Tú y yo
La Doña, viuda de más de 70 años, vive con su asistenta, Aridia, con la que mantiene una tensa relación que va desde la más estricta intimidad al desprecio. Tú y yo de Oriol Estrada y Natalia Cabral refleja esta contradictoria amistad interesada mientras que muestra los puntos débiles de las dos mujeres: La Doña necesita de la compañía y el cuidado de Aridia, que sabe que, en el fondo, es imprescindible para su patrona. El sentido del humor se alterna así con momentos más amargos en una película que supone tanto un reflejo de ciertas actitudes de superioridad social y de clases en la República Dominicana, como el retrato humano de dos personas que se tienen la una a la otra.
Rosalía. Una abeja más de la colmena
Rosalía, militante del Partido Comunista de España, recuerda y, sobre todo, pone en duda nuestra historia reciente. Desde la transición a la vida en clandestinidad durante la dictadura franquista, las palabras de Rosalía son escuchadas por un grupo de estudiantes que prepara un documental sobre ella. Victor Gonca establece como punto de vista el de los observadores antes que el de Rosalía: nos importan sus miradas, sus opiniones y reflexiones sobre los hechos narrados. Así, la supuesta protagonista se convierte en un fondo en el que cuestionar todo lo que nos han contado acerca de la historia de España. Un trabajo reivindicativo y original donde no se salva nadie.
La maldad
La soledad y el aislamiento que provoca la vejez es uno de los temas que presenta La maldad de Joshua Gil. Su anciano protagonista quiere contar su vida y cantar sus canciones, pero no tiene a nadie que le escuche, pero este ímpetu creador le sirve para seguir adelante. Los desoladores paisajes mexicanos enmarcan la vida casi salvaje de Rafael, que en sus viajes a la ciudad solo encuentra enfermedad y más incomprensión aun. La maldad comienza con un estruendoso fuego en un bosque que poco a poco se va desvaneciendo tras provocar un fascinante espectáculo. Como la vida y las historias de Rafael, un destello que no tendrá testigos más allá de esta película.