Hay películas que solamente por el formato en el que se han construido ya llaman la atención del público. Las películas de terror de metraje encontrado suelen estar especialmente bien recibidas y valoradas sobre todo si saben jugar bien construyendo una fina línea que distorsione la realidad de la ficción. En el caso de Late Night With The Devil el concepto de metraje encontrado es reinterpretado a través de la creación de un programa de variedades nocturno de los 70 en el que desplegar un peculiar dispositivo de terror.
Late Night With The Devil comienza con una breve introducción “documental” poniéndonos en contexto la época turbulenta en la que Estados Unidos estaba sometida por la continua aparición de sectas de adoración al diablo. Aprovechando la popularidad de Satán, un late night de capa caída presentado por Jack Delroy (interpretado por un increíble David Dastmalchian) decide hacer un programa especial de Halloween dedicado a explorar la figura demoníaca con la esperanza de recuperar buenos índices de audiencia. Lo que se nos presenta a continuación es el programa en su totalidad durante el cual se entrevistará entre otros a una niña poseída por el diablo. La película va cocinando a fuego lento una inquietud e intriga terrorífica que explotará de forma desproporcionada (pero muy divertida) al final del programa. Sin embargo, con la intención de desarrollar las tramas de personajes, la película cae en el error de salir del formato de late night para seguir a los personajes durante las pausas publicitarias. Es obvio desde un principio que lo que está viendo el espectador no es real, pero estos apartados (además rodados en blanco y negro) lo sacan fuera de la historia momentáneamente.
El principal atractivo de Late Night With The Devil no es otro que el dispositivo y formato peculiar desplegado para construir un relato que está a la altura. La realización y dirección de actores está lo suficientemente bien conseguida para que esta película se convierta en una de las delicias más queridas del festival.