Muchos podrán pensar que los directores que afirman que el Festival de Sitges es como una segunda casa para ellos están exagerando por pura cortesía con el certamen o con la intención de conectar más con el público. En el caso de Paco Plaza no se trata de una afirmación desproporcionada ya que como afirmó el propio director antes del pase presentación de La abuela: “Ver mis películas aquí es como verlas con amigos en el salón de mi casa, la diferencia es que aquí sois mil personas”. Lo cierto es que el festival de Sitges ha seguido de cerca la trayectoria del director valenciano desde que dejase anonadados a todos aquellos quienes acudieron hace ya 14 años a ver REC. Desde entonces siempre ha sido un personaje bienvenido y querido tanto por el equipo como los asistentes del certamen.
Paco Plaza se ha ganado ser uno de los máximos referentes nacionales del cine de terror de nuestro país. Con su anterior película Verónica, dejó de manifiesto la maestría con la que gestiona la tensión narrativa a través de personajes reales en entornos realistas. A Paco Plaza solo le hace falta un piso familiar de Vallecas o, en este caso, el piso barroco de tu abuela para hacerte temblar de terror. Además, en esta ocasión se ha apoyado en un guión escrito por el director Carlos Vermut que le ha otorgado tanto su característico tono de humor como su toque de fantasía kitsch (véase la escena del restaurante chino). La abuela instala el miedo en la tercera edad, en una abuela que ha perdido por completo su conciencia pero que parece retener de forma cruel a su nieta. En este sentido la película tiene ciertos paralelismos con dos películas recientes, Relic y Hereditary, en el que están presentes tanto la vejez y la memoria en el caso de uno, como la brujería y el amarre en el caso del otro.
Seguramente La abuela no es una película ni tan trepidante ni tan redonda como Verónica, pero es una muestra más de las capacidades que tiene Paco Plaza para con pocos recursos ser un maestro de un cine terror de estar por casa, mucho más cercano a nosotros y que con más facilidad se introduce dentro de nuestra piel.