Este año el cine de bichos ha tenido mucha importancia dentro de la sección oficial del festival. Se podría hacer una curiosa trilogía con Mandibules, Mosquito State y La nube ya que las tres hacen un uso diferente de las moscas, los mosquitos y los saltamontes, respectivamente. La primera usa el insecto como instrumento de humor mientras que la segunda y la tercera lo utilizan como una alegoría de la angustia humana.
La nuée es una película con la que es muy fácil identificarnos ya que nos presenta una madre de familia dejándose la piel (literalmente) para tirar hacia delante su familia. Aunque su trabajo no es para nada convencional ya que se dedica a cultivar saltamontes para luego hacer harina con ellos. El negocio no le va del todo bien, la cría de saltamontes no arranca y no consigue encontrar clientes para vender la harina. Hasta que un día descubre que los saltamontes al alimentarse de sangre crecen fuertes y se reproducen más. Lo que empieza a ser una iniciativa curiosa aunque horripilante acaba convirtiéndose en una obsesión de la protagonista. Pasa de dar su propia sangre para alimentar a los saltamontes a crear grandes criadores en los que sacrifica animales para el negocio.
La obsesión de la madre hace que olvide o deje de lado la atención de sus hijos provocando que su hija adolescente se revele. Poco a poco irán descubriendo el enfermizo uso de la sangre que está haciendo a la vez que la amenazante explosión de una nube de saltamontes sedientos se va posando en la película. Dos factores son claves para entender el buen funcionamiento del film. Por un lado, la descripción de unos problemas básicos familiares con los que es muy fácil identificarse y sentir. Y por otro lado, la impresionante actuación de Suliane Brahim que sabe proyectar incluso físicamente las angustias de un personaje que le ha valido para llevarse el premio a mejor actriz en el festival. La nube es sin duda una de las cintas clave de esta edición.
1 comment