Tras el mejor día del festival ayer pudimos presenciar la peor jornada con cuatro películas de las que nos cuesta rescatar algo bueno.
El día empezó con Buscando a Eimish protagonizada por Oscar Jaenada y Manuela Vellés. Lucas irá a Italia y Alemania en busca de Eimish que le ha dejado porque él no quiere tener hijos. Por el camino se encuentra a varios personajes y ya está. La directora debutante no logra traspasar la anécdota y termina confundiendo languidez con aburrimiento.
La segunda película dentro de la sección oficial fue El sexo de los ángeles que cuenta la historia de un trío amoroso entre jovencitos barceloneses. Todo muy cool, muy moderno y, supuestamente, muy transgresor. También muy previsible y tedioso.
En Zonazine, esa amalgama de cosas experimentales y/o amateurs, proyectaron 12+1 una comedia metafísica de Chiqui Carabante. Jesús y los doce apóstoles vagan por el desierto mientras reflexionan sobre el sentido de sus peripecias. Un idea curiosa da lugar una película inane que sólo provoca un par de sonrisas, algo letal si lo que se pretende hacer una comedia.
Por último, la cuota de amateurismo, al menos en apariencia, vino de parte de Esperando septiembre, otra comedia con escasa gracia. Una chica se encuentra con 20 millones de pesetas y sus amigos la intentan ayudar a ver que hace con el dinero. Lo que podría haber sido algo mínimamente relevante como retrato de la crisis y los tiempos que vivimos se torna pesado, carente de ritmo y con personajes poco interesantes.