Una vez clausurado el Festival de Málaga, continuamos el recorrido por la Sección Oficial del Festival de Málaga, esta vez con Malpaso, una película dominicana que nos muestra una cruda realidad con un toque místico (y ha sido la ganadora de la Biznaga de Plata a la Mejor Música) y Crónica de una tormenta, un drama periodístico contado mediante extensos diálogos, y que trata temas como la ambición y la desigualdad.
Malpaso (Héctor Váldez, 2019)
“Esta es la historia de por qué tú eres blanco como la luna y yo soy negro como la noche”. Esta frase forma parte de la narración con la que arranca esta obra dominicana, repetida un par de veces a lo largo del filme, y que establece su tono fantasioso y místico. Así conocemos a Braulio (Ariel Bíaz), un adolescente que se siente responsable de proteger a Cándido (Luis Bryan Mesa), su hermano mellizo albino, de los peligros que acechan en la ciudad fronteriza dominico-haitiana de Malpaso.
Su fotografía en blanco y negro le sienta de lujo, y aunque se podría decir que es una decisión estilística un tanto obvia teniendo en cuenta los opuestos tonos de piel de los protagonistas, de ser en color se perdería el impacto de la cruda realidad que se ve representada en la película. Se hubiera visto muy beneficiada por más dinamismo y por un mayor intento de acercarnos a los protagonistas para añadirle emoción a la cosa, pero independientemente, Malpaso es una propuesta original y única a la que merece la pena darle una oportunidad.
Crónica de una tormenta (Mariana Barassi, 2020)
Antonio (Ernesto Alterio) es el director de un periódico, pero está enfermo y debe elegir a un sucesor entre dos candidatos. Una de ellas es Maca (Clara Lago), la actual subdirectora y discípula de Antonio. Basándose en una obra de teatro argentina titulada “Testosterona”, Barassi trae a la gran pantalla una historia contada mediante los diálogos de los dos periodistas, que pasan una lluviosa Nochebuena en la redacción donde ambos trabajan.
Gracias a su montaje y a la fluidez del guion, el manejo del ritmo está muy bien medido, algo difícil considerando lo extensas que son las escenas. No obstante, todo depende de una premisa algo débil, que simplemente supone un elemento narrativo planteado para poner en marcha los altibajos entre los personajes de Alterio y Lago, cuyas interpretaciones son consistentes y salvan la ocasional torpeza o latente teatralidad de algunas líneas. La resolución del conflicto tampoco se sostiene, y en este caso los actores poco pueden hacer para salvarlo.
Crónica de una tormenta es de esas películas que no extrañaría ver en una clase de ética de bachillerato o un cineforum sobre periodismo, porque plantea temas y hace preguntas interesantes, cómo el techo de cristal, las expectativas que hay de las mujeres en el mundo laboral, el movimiento #MeToo, las fake news, las dinámicas de poder en el periodismo, la ambición… Luego no llega a responder esas preguntas, al menos no de forma satisfactoria, pero probablemente incite a los espectadores a tener unas conversaciones intelectuales apasionantes.