Título en inglés pero película italiana. El director Alberto Caviglia, presente en la exhibición de Burning Love y su posterior coloquio, no adelantó nada de su contenido cuando fue presentado en el festival madrileño este domingo. Mejor así porque su deseo era conocer en primera persona cuales iban a ser las reacciones que suscitaba su criatura, una comedia satírica que aborda el tema del antisemitismo en clave de humor. El peligro radica en que haya algunas personas que se puedan sentir ofendidas o que vean con malos ojos las diferentes graciejas que encontramos en contra del pueblo y la religión judía.
Por fortuna todos enseguida comprenden que nadie intenta burlarse de ellos y que solo se pretende contar una historia divertida sobre un niño que tras perder a su padre, este no les abandonó cuando fue a comprar tabaco sino cuando visitó un videoclub para dejar una película alquilada, comienza a manifestar comportamientos de odio y repulsa hacía el mundo judío que se traducen en toda una carrera de lucha contra él y sus representantes intentando eliminarlo del mapa. Las diferentes crisis por las que pasa hacen de él una persona inestable que reacciona atacando a aquellos a los considera causantes de todo los males del planeta. Ni el amor, fracasado, ni los distintos grupos fanáticos o inventos que él crea pueden curar un mal que lo atormenta y un interrogante que lo asalta en todos los momentos de debilidad. No conoce los motivos de la desaparición de su padre, un ángel de la guarda que vela por su vida, ni su paradero. Su familia, dependiente de él, intenta darle el mayor de los cariños posibles ante esta ausencia pero jamás conseguirán llenar ese vacío. Menos aún el abuelo o nonno que no habla y que solo se expresa a bastonazo limpio cuando algo no le agrada.
Original propuesta la que nos presenta este director con Burning Love, su primera película. Un falso reportaje televisivo repasa la vida de Leonardo Zuliani, a través de diferentes entrevistas a familiares y amigos acabando con su desaparición en Roma. Serán momentos recordables la creación del divertido comic Bloddy Mario o del pack llamado Burning Love compuesto por un mechero, una bandera de Israel y un bidón de gasolina. Muy irreverente pero a la vez ingenioso. Lo mejor, no tomárselo en serio.