Quien les iba a decir a los responsables de la saga Fast & Furious en 2006 que, nueve años después iban a alcanzar record de taquilla en el mundo. Recordemos que aquel año se estrenó la tercera entrega, A todo gas: Tokyo Race y que por entonces muchos ya la daban por acabada. Gracias a Dios no fue así.
El fenómeno que engloba a estas películas es alucinante y como si de un debate político se tratara, genera discusiones acaloradas sobre si sí o si no. Como bien sabéis aquí somos del sí a tope y seguiremos siéndolo mientras las películas sigan siendo así de locas.
Como bien decía el trailer de Fast & Furious 7: This takes crazy to a whole ‘nother level. Si en la anterior entrega la saga de deshacía de cualquier atisbo de realidad aquí ya directamente podemos hablar de película de ciencia ficción. Coches a trescientos kilómetros por hora atravesando edificios en los Emiratos Árabes. En serio, ¿A quien podría parecerle mal algo así?
En esta ocasión y para diferenciarse un poco de las tres anteriores los coches vuelven a tener un protagonismo importante. Aquí la película se desprende un poco del tema acción de tiros y aunque en ningún caso lo deja de lado sí es cierto que le ponen especial mimo, de nuevo, a lo que inició la saga: los coches. Buenas persecuciones por montañas, buenos carros luciéndose por ahí y una escena final realmente acojonante.
Pero no podemos obviar el elefante en la habitación, como bien dicen los angloparlantes y es que la muerte de Paul Walker tenía que afectar a la película de alguna forma. Recordemos que murió cuando la película aún no estaba acabada y pudieron hacerlo gracias a la ayuda de los hermanos de él. En este sentido podemos decir que Fast & Furious 7 se marca un final épico despidiendo al personaje con cariño y como es merecido.
Por lo demás hay que decir que James Wan demuestra aquí lo grande que es y aporta un sentido estético especial que hace aún más grande la película. Hay ciertas escenas donde la cámara se mueve a la vez que los personajes que me dejaron muy loco y en una película de acción como esta le da un toque mucho más divertido que esas shaky camera.
Sobre el elenco poco se puede decir a estas alturas. Han logrado un grupo al que se le ha cogido cariño y que como demuestran en cada escena más que una banda de amigos son una familia y ese mensaje es el que, para mi gusto, predomina por encima de cualquier cosa. Más allá de la acción, los coches y las hostias al final lo que cuenta es la gente que tienes en tu casa para comer y por la que das la cara y en ese sentido cualquiera de ellos la darían por los demás sin dudarlo un solo segundo y eso logra trascender la pantalla y parece natural, cosa que como bien sabemos en otros ejemplos del cine, es muy difícil.
Desde luego Fast & Furious 7 es una película impresionante y parece mentira que sea la séptima entrega de una saga que empezó con cuatro kinkis tuenando coches y robando camiones, pero así es la vida y así es el cine. Ahora habrá que esperar a una octava entrega que esperemos sea aún más loca pero que a mi no se me ocurre como lo van a hacer.
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