Me hace especial ilusión poder escribir esta crítica porque viene con buenas noticias para todos aquellos lectores de Cine en Serio que ahora mismo estén cursando 3º de la ESO. El público objetivo de los vídeos de Juanki Ve Pelis, para que nos entendamos. Y digo esto porque me juego el cuello a que un montón de vosotros va a perder al menos un par de clases de Tutoría viendo Especiales, la nueva película de los directores de Intocable, que ha sido claramente concebida con la idea de ser exhibida en horario lectivo.
Siguiendo la estela de otras olvidables obras del cine francés como La clase, el film de Olivier Nakache y Eric Toledano no es que sea particularmente interesante de por sí más allá de su potencial didáctico. ¿Estoy acaso insinuando que la ganadora del Premio del Público en el último Festival de San Sebastián es una puta mierda? No. Lo estoy diciendo sin tapujos: estamos ante una peli aburrida, sin trama y más blanda que la mierda de pavo.
Especiales nos cuenta la historia —basada en hechos reales— de dos educadores sociales a cargo de dos organizaciones sin ánimo de lucro que se encargan de formar a adolescentes en riesgo de exclusión para que puedan atender a personas con autismo. Teniendo en cuenta el argumento ya nos podíamos ir haciendo a la idea de que tampoco íbamos a ver algo excesivamente salsero o dinámico, pero ni por esas deja de ser una experiencia decepcionante.
Por desgracia, tampoco hay nada en ella con lo que podamos enfadarnos abiertamente. Y quizá se sea el problema: que no se trata de un desastre absoluto. Técnicamente no hay nada que chirríe y las actuaciones mantienen todas un muy buen nivel. Sin embargo, Especiales cuenta con un disperso guión que desaprovecha vilmente el potencial de su premisa y el talento de su reparto. Los directores confían en que la química entre sus intérpretes y el carisma de los mismos levanten por sí solos un conjunto vacío del que apenas pueden salvarse un par de momentos simpáticos.
Siempre sabe mal echar por tierra algo que ha sido creado con las mejores intenciones, y más teniendo en cuenta que parte de su recaudación en taquilla irá destinada a ONGs que trabajan con personas con diversidad funcional. Pero también es verdad que si estás comercializando algo que afirmas que es una película cuando en realidad está más cerca de ser un publirreportaje de hora y media, a lo mejor un par de collejas sí te las has ganado.
Quizá la cosa tenga más sentido en Francia, donde los cineastas buscan abiertamente que se cambien ciertas leyes para favorecer a estas asociaciones. Pero vista en cualquier otro lado que no sea allí o en un aula de secundaria, Especiales no es una digna merecedora de nuestro interés. Ni de nuestro tiempo. Ni de nuestro dinero.
Dicho lo cual, animo a la persona que esté leyendo estas líneas a que se gaste el dinero que le costaría la entrada de cine de esta película en una donación para cualquier ONG que proporcione ayuda a la gente con autismo. Contribuirá igualmente a la causa y además no se sentirá como si hubiera tirado el dinero a la basura.