El único superviviente narra la historia real de cuatro marines norteamericanos (Luttrell, Murphy, Dietz y “Axe”) que tienen la misión de asesinar al líder talibán Ahmad Shah en junio de 2005. La película está basada en el libro que escribió Marcus Luttrell después de aquella misión y la cinta está dirigida por un Peter Berg que habíamos visto anteriormente detrás de las cámaras en Battleship, Hancock y en los pilotos de Friday Night Lights o Virtuality (una serie de ciencia ficción para la que Ronald D. Moore escribió el piloto y que la Fox nunca dio luz verde).
En los últimos 15 años hemos visto muchas de las mejores películas bélicas en pantalla, por mencionar solo algunas: Salvar al soldado Ryan, La delgada línea roja, Banderas de nuestros padres, Cartas desde Iwo Jima, Black Hawk derribado o En tierra hostil. Y Peter Berg recorre con maestría la senda marcada de este género y nos mete de lleno en la piel de un marine y en la sensación de estar abandonado en tierra de nadie y tener que seguir órdenes para terminar correctamente la misión.
Quizá no es visualmente tan espectacular como Salvar al soldado Ryan o Black Hawk derribado pero en El único superviviente la tensión de estar atrapados y sin cobertura, el miedo a ser detectados o el olor de la sangre están mucho más presentes. Y esa sensación, además de además de por el buen ojo de Berg, la tenemos gracias a la excelente actuación de todos los actores, desde Mark Wahlberg (Infiltrados, El luchador) a Taylor Kitsch, Emilie Hirsch, Ben Foster o Eric Bana.
A destacar la excelente banda sonora a cargo del grupo de post-rock Explosions in the Sky, con el que Berg ya había colaborado anteriormente en Friday Night Lights y con la que se consigue crear una atmósfera de perfecta en todas y cada una de las escenas.
Probablemente El único superviviente sea una de las sorpresas del año, una película que deja de lado el patriotismo norteamericano y se centra en los hechos reales de hombres que han dado la vida por otros hombres que consideraban hermanos y no tanto por un país, una bandera o unos ideales. Hasta el momento más de 2.000 soldados norteamericanos han perdido la vida en este conflicto armado.
Han pasado ya algunos años desde que se estrenó Leones por corderos (2007) de Robert Redford y hasta ahora no habíamos visto otra película que tratara de una forma tan honesta la última gran guerra americana. Esperemos que no tengamos que esperar tanto tiempo en ver otra cinta tan buena.
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