Hubo un momento donde la RKO fue la productora pionera en el cine, pionera y arriesgada como ninguna otra, desde el cargar en los hombros de un jovencísimo Orson Welles uno de los más ambiciosos proyectos nunca pensados hasta la época, y que dio como consecuencia una de las obras maestras del cine, hasta películas como esta, donde todo el planteamiento, si nos paramos a pensar en el año 1932, se escapa un poco a lo convencional.
La traducción del título original The Most Dangerous game no es más que un intento de vender la película como algo menos violento y cruel de lo que realmente es, pues esta es una película dura, que no difícil, pues su visionado para el público actual resulta casi reconocible en títulos de diferente índole. Es una película dura por las cuestiones que plantea ocultas en un cine diseñado para el mero entretenimiento, disfrazada como película de aventuras, que es en realidad un drama humano, que roza la ficción más fantasiosa, con tintes de terror, intriga y caza.
Cazadores, locura, naufragios, misterio, y toda la demencia encarnada en el personaje protagonista, Ernest B. Schoedsack y Irving Pichel dirigen una película plagada de silencios, músicas ambientales y misteriosos decorados con tintes góticos que dan lugar a la amplitud de la selva, donde se produce el desenlace de este terrible suceso, con un protagonista que además de bien parecido, consigue deshacerse del que sería el lógico final dramático, para darnos uno más acorde con la satisfacción del público de la época, que iba a las salas de cine a disfrutar de la historia, y a sufrir lo justo.
Destacar el hecho de que el villano es de origen ruso, como encarnación de la perdida de moral y ética, la película muestra el esperpento de la demencia de alguien a quien su poder y su aburrimiento le llevan a encontrar placer en aberrantes prácticas que él considera lúdicas. La mansión gótica es espeluznante, el planteamiento inquietante, y la figura magistral del villano interpretado por Leslie Banks son elecciones más que acertadas.
Esta es una película corta, algo que añoramos en estos tiempos, de poco más de una hora, no deja estar constituida por un argumento simple, casi escueto, pero que no sirve más que de planteamiento. También es interesante saber que gran parte del elenco técnico de esta cinta fueron los responsables de una película mítica como fue King Kong.
Por su tenebrosa atmósfera, por su música angustiosa, por la época y por las cuestiones morales sutilmente vislumbradas, por todo esto, es una película que merece ser recomendada.
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