Cuenta Peter Jackson que las versiones extendidas de El Señor de los Anillos no estaban concebidas para ser vistas en los cines como una película cualquiera sino que estaban pensadas para recrearse en los detalles y no pensar en cosas tan mundanas como el ritmo y la duración. Con El hobbit: un viaje inesperado Jackson parece habernos entregado directamente la versión extendida con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva.
En una época dominada ya por el cine en casa El hobbit: un viaje inesperado, y sobre todo su versión en 3D HFR, es un espectáculo pensado para ser visto en pantalla grande y con el sonido a toda pastilla. Esto honra a Jackson que no escatima medios para que la pequeña epopeya de Bilbo y los enanos parezca más grande de lo que es. En realidad, el principal problema viene del material de partida que no deja de ser una peripecia muy leve si la comparamos con la épica de El Señor de los Anillos. Pero es que tal y como dice el trailer esto es “un pequeño comienzo”.
Todo lo bueno no deja de ser todo lo excelente que ya tenía El Señor de los Anillos: un acabado técnico impecable y una gran pasión por lo que se nos está contando. En este sentido, los 170 minutos de duración no se hacen nada pesados a pesar de ciertos tiempos muertos y secuencias espectaculares pero demasiado alargadas que tampoco aportan mucho, como el tramo de las montañas vivientes. El hobbit: un viaje inesperado va de más a menos recuperando en su última hora final a Gollum, el gran protagonista de la saga. El duelo entre Martin Freeman y Andy Serkis termina siendo lo más atractivo de la película.
A pesar de lo anteriormente dicho sobre lo liviano de sus casi tres horas de duración la principal tara de El hobbit: un viaje inesperado es la sensación de deja vu continuo. En el fondo es como si viésemos una versión pobre y desganada (aunque sepamos que no es así) de aquella trilogía tan exitosa: hasta la falta de atractivo de la mayoría de personajes palidece al lado de la carismática Comunidad del Anillo. La discutible propuesta de estirar la historia en tres películas termina pasando factura en todos los niveles siendo en definitiva una película que puede dejar a medias a la mayoría del público: demasiado dilatada y morosa para el espectador de multicines y con demasiadas licencias sobre el original como para contentar al purista.
Confío en que la precipitada decisión de alargar el tema dos películas más solo se note para mal en esta primera película y que el resto esté a la altura de la herencia recibida. Confiemos en que todo forme parte de un plan maestro y que cuando veamos todo el conjunto el pequeño tropiezo que supone esta primera parte tendrá algo más de sentido.
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Coincido bastante con tus sensaciones. También me dejó a medias. No me espantó, ni me aburrió, pero tampoco me emocionó. Esa desgana de la que hablas la sentí yo viendo la película. Me daba igual todo lo que veía. Llegó un punto (demasiado pronto) en que no me importaba si descuartizaban a los enanos, a los orcos y hasta a Bilbo. Quería que llegasen a la puñetera montaña. Pero para eso aún faltan horas de metraje…
Yo también espero que al final, cuando hayamos visto las tres películas, tenga sentido el conjunto.
Hubo cosas que me gustaron, sí, como Martin Freeman y la mirada triste de Thorin, pero hay otro montón de oportunidades desaprovechadas que no voy a listar para no aburrir y para no hacerme mala sangre. Ya hemos tenido en casa largos debates sobre el tema desde que la vimos 😉
Quiero pensar que por contrato tenía que entregrar algo de más de 160 minutos y ha pasado esto.
En cuanto a los personajes Thorin es el único enano con personalidad y el resto pasaban por allí y podrían haber sido ocho en vez de doce. No recuerdo si en el libro morían muchos enanos pero no hubiese estado mal que se cargasen a alguno para que la sensación de peligro fuese mayor.
Yo tampoco recuerdo si morían enanos o no, pero la película casi no tiene sensación de peligro. En ningún momento, en mi opinión, piensas que algo puede salir mal, y así no hay quien se emocione viendo nada.
Comparar con ‘El Señor de los Anillos’ es injusto, pero también inevitable. Y si te acuerdas de ‘La comunidad del Anillo’, con todos los reproches que se le pueden hacer, sobre todo a la edición no extendida, sólo con la caída de Gandalf y Boromir tienes más que de sobra… Eso por no hablar de los Nazgul. Sabes que la cosa va a acabar bien, pero acojonan tela.
Lo de los enanos es otra oportunidad desperdiciada. No te digo que les dotes a todos de una personalidad arrolladora y turbulentos pasados, pero al menos un par de matices, que sean algo más que bultos que Gandalf tiene que ir contando en cuanto se despistan.
No, no muere ninguno, ya que el Hobbit es un libro para niños, el mismo Tolkien lo dijo, ya que lo escribió para que sus hijos volaran su imaginación mientras dormían, en breve, es un cuento para dormir… la cinta es increíble y cumplió todas mis espectativas