Últimamente empiezan a sonar tambores ensalzando la década de los 90, posiblemente de fuentes igual de inquietas que las que se aburrieron de repetirnos que la década de los 80 fue la mejor (seguramente hasta ver la degeneración de Alaska y cosas como Almodóvar) Drive es uno de esos intentos de hacer una película de otra época en los tiempos presentes, un intento bastante notable, debo añadir, aunque no siempre se obtienen estos resultados, o no siempre son necesarios, y este comentario queda abierto a interpretación.
Lo que hace especial Drive, es que determinados tópicos son llevados al extremo, muy al extremo, causando confusión, y dejando de lado elementos que a priori parecen importantes en la trama. Ryan Gosling y su nueva faceta de ‘machote malote’ me tiene un poco desconcertado, porque pese a mantener facciones adolescentes, se nota que tiene un estilista que se gana su sueldo, ya que al tipo no le puede sentar mejor la ropa que lleva en todo momento, incluso con esa imposible cazadora brillante con un enorme escorpión en la espalda, un detalle mas que hace de ésta una película de los 90.
La canción de los créditos iniciales, con esa tipografía estilo graffiti de color rosa, la búsqueda de ceniceros en un restaurante por parte de Cranston, o la ropa de Gosling, son entre otros, detalles que le dan esa estética de los 90 que antes comentaba.
Lo mejor: La selección musical, los planos evocadores y excelentemente rodados y todo el estilo retro, sobre todo en los coches, me fascinan los muscle cars y aparecen todo el tiempo.
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Lo único que he visto de Goslyng es «Lars y una chica de verdad». Me pareció lo más cándido del universo. Ahora está hasta en la sopa. Habrá que aprovechar cual quinceañera tras Bieber. Y tal.