Sigo con especial atención la carrera de Key and Peele desde hace tiempo. Dos cómicos que saltaron a la palestra con un show más que inspirado en Chappelle’s Show donde se daba rienda suelta a sketchs siempre desde un punto de vista afroamericano. Sin embargo cuando me enteré que uno de los miembros de esta pareja cómica iba a dar el salto al cine como director y guionista pensé en que iría de cabeza a lo que mejor se le daba, la comedia. Y menos mal que estaba equivocado. En este caso Jordan Peele se saca de la manga una historia inquietante que me hizo recordar los buenos tiempos del videoclub. Esas tardes donde te cogías una película cuya sinopsis parecía interesante y que no sabías muy bien por donde iba a tirar. Eso es Déjame salir.
Pese a que podemos decir que la película se encuadra oficialmente dentro del género de terror y misterio no falta en ningún momento ese toque cómico muy bien traído. Quizás en ese aspecto se nota que el personaje de LilRel Howery (amigo del protagonista) bien podría haber aparecido en un sketch de Key and Peele. Déjame salir construye una historia muy grande con muy pocos elementos. Cuatro o cinco personajes (sin contar secundarios) y dos escenarios. Solo con eso logra meternos el miedo en el cuerpo hasta el final, sin saber muy bien a qué tememos exactamente. Mención especial a las escenas de hipnosis, en las que el personaje Catherine Keener logra sumergir a nuestro protagonista. A efectos prácticos crea un escenario llamativo, asfixiante y creíble sin malgastar dinero en CGI.
La trama consigue mantenernos en un continuo malestar y asfixia, una inquietud que no sabes por donde va a estallar y que, por poner una pega, se desinfla cuando se descubre el pastel. No es que arruine el global de la película, pero sí que desmerece lo que podría haber sido un producto de diez. Pero esto tampoco es estrictamente malo, ya que podemos decir que para ser el primer proyecto como director y guionista de Jordan Peele es un trabajo más que notable. Si este va a ser su nivel en este sentido habrá que seguirle mucho la pista.
De todas formas, el punto más interesante que nos propone Déjame salir es el conflicto afroamericano en Estados Unidos. Un tema peliagudo y muy actual que aquí es tratado quizás de una forma retorcida pero que no deja de ser reseñable la forma sutil y tan poco clásica de hacerlo y con cierta similitud a algunos de los sketches que podemos encontrar en Key and Peele.
Mención especial a la productora Blumhouse, que entre Déjame salir, Múltiple, la saga La Purga y la saga Paranormal Activity está llenando con cierta calidad un subgénero dentro del cine que muchos tenían olvidado gracias a obras bastante mediocres.
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