Como las películas de Hong Sang-soo acostumbran a llegarnos de dos en dos es muy complicado no leerlas como dípticos. Especialmente sus dos últimas obras, que no solo comparten (como es costumbre) mismos actores, sino también mismo tipo de fotografía (blanco y negro) y ejes temáticos (el suicidio o la soledad). Sin embargo esto no significa que sean dos películas iguales, Hotel by the River por su duración y desarrollo de personajes es una película mucho más narrativa que Grass, una obra más reflexiva y espejo de su propio trabajo como narrador de historias.
La localización central de Grass es una cafetería en la que varias parejas se reúnen y hablan bajo la atenta mirada de Kim Min-hee en el papel de una escritora amateur que parece inspirarse en las conversaciones que escucha. Conversaciones que tratan sobre los temas favoritos de Sang-soo, rupturas, intentos de suicidio, infidelidades… Pero Min-hee no tiene una actitud pasiva en la película sino que parece incluso que puede manipular todas estas pequeñas escenas (siempre tuteladas por el soju) a su conveniencia. Grass puede leerse como una reflexión sobre el proceso de escritura y la implicación que el propio autor tiene en esta. Algo que constantemente analiza el director surcoreano en sus películas.
Si el centro de Grass era una cafetería en Hotel by the River lo es un hotel en el que se aloja un poeta que siente que está llegando al final de su vida y una mujer (de nuevo Kim Min-hee) que acaba de ser engañada por su pareja. Ambos reciben la visita de personajes externo;, en el caso del poeta sus dos hijos de los que quiere despedirse, y en el caso del personaje de Min-hee una amiga con la que superar el trauma. Hotel by the River es una película que despunta en relación a los últimos trabajos de Sang-soo. Narrativamente, ya que abandona prácticamente su característico tono cómico e irónico para adentrarse en aspectos tan serios como la muerte y la soledad. Y formalmente, rodada en cámara en mano (algo bastante inusual) y donde no existen prácticamente los zooms y reencuadres que caracterizan su cine. Quién sabe si estamos ante una nueva etapa de Hong Sang-soo más profunda y de tono más reflexivo y melancólico. El tiempo lo dirá. Su último trabajo podrá verse en sección oficial del próximo festival de Cannes y el ritmo al que nos está acostumbrando (7 películas en los últimos tres años) dejan claro que afortunadamente tendremos Sang-soo para rato.