Ya nos pasó hace un año. El estreno de Looper provocó a los amantes del buen cine en general, y de la ciencia ficción en particular, querer ver una obra cumbre del género donde sólo había un eficiente entretenimiento. El tiempo ha puesto la película de Rian Johnson en su sitio y ya casi nadie se acuerda de ella. Con Gravity está sucediendo algo parecido y que, desafortunadamente, puede jugar bastante en su contra. Tienes que haber estado sin conexión a internet para no haber leído ya lo de que esto es lo mejor que puedes ver ahora mismo en cartelera y que vas a salir extasiado. Por una vez, y sin que sirva de precedente, el hype está más que justificado a la hora de encumbrar Gravity a los altares.
El primer y más evidente aspecto a destacar de Gravity es su acabado técnico y formal. Alfonso Cuarón lleva a unos límites impensables los conceptos de plano secuencia, punto de vista y plano subjetivo. La propuesta de Gravity está clara en este aspecto: ya no somos simples y pasivos espectadores sino que nos convertimos en partícipes de las vivencias de los personajes como nunca antes nos había entregado el cine. Desde el punto de vista sensorial Cuarón manipula nuestra vista y oído con la intención de entrar y salir, ya no en el físico sino en la mente de los astronautas a la deriva. Pero está claro que el ejercicio estilístico que propone Gravity habría sido completamente estéril si detrás no hubiese un armazón intelectual y moral que sustentase la virguería audiovisual.
Cuando Stanley Kubrick realizó en 1968 2001, una odisea del espacio dejó claro que su significado debía ser encontrado desde un punto de vista visceral y psicológico más allá de una explicación literal concreta. Similar planteamiento propone Gravity pero sin caer en lo críptico de la película de Kubrick. Cuarón podría haber sido mucho más radical en la propuesta despojando a Gravity de cualquier atisbo de emoción y humanidad. Al contrario que Kubrick, y De la Iglesia, Cuarón es un filántropo en el sentido etimológico del término: el mexicano ha demostrado durante toda su filmografía un desbordante amor al género humano. No hay más que recordar el continuo optimismo de obras como Hijos de los hombres, Y tu mamá también y Harry Potter y el prisionero de Azkaban: Cuarón plantea dilemas y circunstancias vitales que a cualquiera le haría caer en la más profunda de las depresiones, pero el director sabe ver la luz al final del túnel en todas ellas y Gravity no podía ser menos.
Los conceptos de la muerte y la supervivencia son los más evidentes que plantea Gravity, pero no los únicos. Resulta curioso que una de las frases de los posters en en inglés Don’t let go (traducida en español por un prosaico No te sueltes) se convierta en el mejor resumen, a la vez certero y contradictorio, del mensaje que propone Gravity: el dejar ir planteado por Cuarón, tanto físico como afectivo, es el que acaba llenando de significado este viaje exterior e interior.
Gravity demuestra que el cine puede ser poético sin ser empalagoso, que se puede hablar de la muerte sin ser melodramático, que se puede confiar en el ser humano sin caer en el sentimentalismo. Y también demuestra que Sandra Bullock puede ser buena actriz si elige bien las películas en las que participa. Es evidente que la Bullock no es santo de devoción de la mayoría de espectadores serios, pero vosotros sois personas con amplitud de miras y estoy seguro de que no os dejaréis llevar por los prejuicios a la hora de valorar el excelente trabajo que realiza la intérprete de Miss Agente Especial. Bullock acaba siendo el alma de Gravity y su recorrido emocional y como personaje es el que da sentido a toda la película. De Clooney sólo decir que está tan correcto como siempre en un papel que parece escrito con el actor en mente. Lo más interesante del tema es que después de ver a ambos actores en sus roles cuesta trabajo imaginar a los en principio previstos Angelina Jolie y Robert Downey Jr.
Como suele suceder con todas las obras de arte, el tiempo es el que nos dirá en qué punto sitúa Gravity en la Historia del Cine. En estos momentos lo que sí tengo claro es que es la mejor película que podrás encontrar en la cartelera. Gravity es algo más que una película, es una experiencia vital, emocional, sensorial e intelectual como hacía tiempo que no ocurría.
8 comments
Todos los oscars por favor. Ahora en serio ¿Qué le puede quitar a Cuarón el oscar a mejor dirección o película? ¿Y a Bullock?
Suena muy fuerte 12 years a slave. Y siempre está Meryl Streep dando el coñazo.