Hoy vamos a hablar de voces pero no de concursos de televisión con cantantes desconocidos. Esta voz puede sonar muy bajito y entrecortada o con un volumen alto y constante, puede llegar pronto o más tarde o simplemente no oírse nunca y cuando se manifiesta hacerlo de maneras muy distintas siempre haciendo cambiar la visión que se tiene del mundo que nos rodea. Toda familia Arratibel ha escuchado dicha voz llamándolos a abrazar la fe católica, bueno ¡todos no! David, el único hijo varón parece hacer oídos sordos a dicha conversión declarándose agnóstico. A través de varias entrevistas con sus hermanas, madre y cuñado conocerá de primera mano cuales fueron sus experiencias y la manera en la que se les convenció. Converso presenta diálogos y confesiones a cara descubierta sin muebles y cortinillas en lugares íntimos como el interior de su casa, el silencio de una iglesia o un coche con móviles, cámaras y micrófonos grabando. Todos ellos contarán su historia, el camino que andaron y las motivaciones y causas del cambio, él se sincerará manifestando cuales fueron las consecuencias incluida la sensación de rechazo que vivió al sentirse el patito feo de la familia al no compartir sus creencias. Al final la verdad ha salido a la luz y pueden descansar tranquilos, perdonándose errores y malos entendidos. Los pecados ya tuvieron su penitencia y ahora ya acaban de sanarse.
Gracias a su documental, Converso, conoceremos a su hermana mayor María que se transformó tras pasar unos días en un monasterio cuando buscaba paz interior. Un rosario comprado en el mismo no solo fue un accesorio necesario para el rezo sino el vehículo para llegar ante las puertas del catolicismo. También se nos presentará a su marido Raúl, su profesor de piano y ahora organista que toca piezas de la liturgia en iglesias de toda España, su hermana pequeña Paula que comenzó rechazando la evangelización de María en forma de regalos como biblias y estampitas y su madre Pilar quien notaba la rebeldía de su hijo pero que nunca esperaba que él se sintiera un apestado presionado por las circunstancias y el ambiente. En el fondo la ausencia de un padre en la casa motivó que buscaran otro adoptivo llamado Dios que hablaba en boca del Espíritu Santo, su poder o fuerza.
Cada conversación o entrevista es única y diferente con respuestas espontaneas y reacciones imprevistas y naturales, algunas más impulsivas como las de María que hablan de su carácter y otras más sosegadas y tranquilas salpicadas en ocasiones de risas cómplices entre hermanos que se respetan sus ideas y creencias. La idea de Converso no es tratar de convencernos tratando de llevar a la oveja descarriada al redil sino hablar de religión sin prejuicios, con la mente abierta y de forma natural escuchando al de enfrente que ama ahora aquello que antes desconocía tal y como dice abiertamente el propio David Arratibel en varias de las entrevistas en las que ha participado. Su falta de interés en el pasado hacía el catolicismo ahora se ha convertido en un acercamiento cariñoso que se ha hecho una película con varios premios en la mochila y críticas muy positivas.
El misticismo se queda en las diferentes piezas musicales que tocadas en órgano o cantadas a capella con partitura ponen banda sonora al film. Todo lo demás es muy humano, muy realista y cotidiano, una polifonía de voces unidas por un mismo pensamiento único y armónico con algunas dudas razonables. No hace falta ver para creer, en eso se basa la fe de esta familia, en sentir la presencia de Dios sin tener pruebas objetivas.
El cine religioso con o sin hábito es el protagonista de esta semana llamándonos en campamentos de verano con canciones de Whitney Houston, mansiones solitarias que reciben visitas no previstas o documentales como este que nos acercan íntimamente a un tema siempre controvertido que da para muchos debates y acaloradas discusiones.