Algunas comedias españolas a veces recurren a un humor local para conseguir sonrisa fácil entre los espectadores que se dan cita en el cine. Tienen el don de saber llegar a un público en concreto consiguiendo un éxito algo esperado. El estreno en otros lugares del país no atrae de esa manera a la misma cantidad de gente al no sentirse estos identificados con las gracias hechas por los protagonistas del film. Esto es lo que ocurre con Bendita calamidad, una película que mezcla aventura y situaciones cómicas a partes iguales. Lo que comienza siendo un chapucero secuestro perpetrado por dos hermanos incompetentes y nada profesionales acaba convirtiéndose en una huida perpetua a través de los montes aragoneses. Entremedias el director Gaizka Urresti intercala unos diálogos irreales uniéndolos a unas situaciones nada naturales con un desfile de personajes variopintos de la España rural, religiosa, política y periodística. El cine de Berlanga o de José Luis Cuerda ha servido de inspiración para que este maduro creador nos presente a curas sábelo todos, a periodistas y cámaras metomentodos, a políticos corruptos y a matones del tres al cuarto aún más incapaces e inútiles que los dos hermanos Moreda.
En realidad está siendo llevada al cine una novela de mediados de los noventa del mismo título escrita por Miguel Mena que cosechó gran fama cuando fue publicada por este locutor de radio. Pocas han sido las novedades que se han introducido, pues la historia es la misma y el reparto idéntico. Como curiosidad habría que decir que el actor que iba a interpretar a Don Ramiro, obispo de Tarazona, el gran Alex Angulo tuvo que ser sustituido sobre la marcha al fallecer víctima de un accidente de tráfico. Como ha declarado todo el equipo este film está dedicado a él. Luis Varela accedió a sustituirlo encantado salvando la película y dándole un toque muy personal al papel.
Quizás lo más llamativo de todo el argumento sea la segunda parte del mismo, la primera se centra en el ridículo secuestro teniendo como marco las fiestas en honor a San Atilano y en concreto el Cipotegato, una celebración turasionense con presencia de un encapuchado vestido de arlequín y una bien sana lluvia de tomates allá por el 27 de agosto. En la segunda se nos informará de que las obras de restauración de la catedral han servido para que un arquitecto sin escrúpulos de apellido Lacarra esté robando parte del tesoro de la misma sustituyendo las piezas originales por copias sin valor alguno. Una leyenda antigua no solo hará que esas maravillosas riquezas se conviertan en su gran obsesión sino que también serán el santo grial que buscan los tres amigos dándose lugar así a una carrera y posterior enfrentamiento en esa isla del tesoro particular. Los lingotes de oro escondidos deben ser los que les saquen a todos de pobres o ¿quizás no?
Bendita calamidad no destaca por el nombre de los actores o actrices que participan en ella, quizás el televisivo Carlos Sobera sea el más conocido, ni tiene un conocido director al frente del proyecto careciendo también de una importante campaña de publicidad sobre sus espaldas, pero ha sido un éxito sorpresa en su estreno local en Aragón, sobrepasando sus mejores previsiones y superando algún fin de semana a películas tan grandes como las norteamericanas Hotel Transilvania 2 o Marte (The Martian). Esto sin duda es un dato a tener en cuenta cuando vayamos a verla. ¡Para mí lo fue sin duda alguna!
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