Cerramos el Barcelona Film Fest con Sound of Metal, una de nuestras propuestas independientes favoritas. Rubén es un joven batería de un dúo de metal, un día, en medio de un concierto, descubre que padece de sordera. Tras ser diagnosticado se involucra en una comunidad para sordos donde aprenderá, no tanto el lenguaje de signos, sino como aprender a vivir con este impedimento. Una película sobre cómo aceptar el duelo que supone desarrollar una minusvalía, mostrándonos sus repercusiones de manera cruda pero sin caer en lo lacrimógeno.
El trabajo actoral de Sound of Metal es esencial. El protagonista, Riz Ahmed, lleva todo el peso de la cinta con su interpretación, la cual consigue su mayor fuerza en la contención. Rubén es un personaje muy bien construido, con una evolución que parece engañar, ya que el protagonista no quiere cambiar, su sueño es volver a su vida antes de la sordera. Por eso mismo, la evolución está patente pero es negada durante la mayoría del metraje del film. Por otra parte, y aunque su aparición sea más breve, Olivia Cooke consigue destacar durante sus apariciones en su papel de novia de Rubén. Su personaje se construye a partir de detalles: los cortes en sus brazos, sus cambios de look, sus tics… Con el poco tiempo que aparece en pantalla Cooke consigue encandilar a la audiencia con una actuación de diez.
El diseño de sonido es de las cosas más espectaculares que hemos visto en años. Se utiliza tanto para conseguir un efecto dramático como para crear una atmósfera de tensión, prácticamente de terror psicológico. La inmersión dentro de la mente del personaje se hace mucho más patente gracias al uso del sonido. Las escenas donde pasamos de la primera persona, parcialmente sin sonido, a la tercera, alejando la cámara, volviendo a la atmósfera sonora natural de una persona sin problemas auditivos. Sin duda, estos efectos producen escalofríos de forma más severa que cualquier película de terror estándar.
Sound of Metal es una película ciertamente difícil. Una obra sincera, cruda y que no muestra piedad ni redención a su protagonista (al menos hasta el final). Nos atreveríamos a decir que se trata de una de las mejores películas independientes americanas del año pasado y eso es mucho decir.