Regreso a Hope Gap es la segunda película de William Nicholson, el aclamado novelista y guionista británico, que no se atrevía a ponerse detrás de la cámara desde 1997 debido al fiasco que fue su ópera prima: Firelight. De todas formas, su carrera como guionista es espectacular, contando con películas como Los Miserables, Elizabeth y Gladiator.
Regreso a Hope Gap es un film íntimo que trata de las relaciones, las rupturas y las necesidades humanas. Sus dos protagonistas, los titanes de la actuación también conocidos como Annette Bening y Bill Nighy, son un matrimonio que a primera vista parece bastante normal, pero enseguida vemos que algo falla. Pasada poco menos de media hora del metraje, el marido termina con el matrimonio y Grace (Annette) tendrá que lidiar como bien puede con el luto del fin de una relación.
El film cuenta con un gran referente, al menos en esa primera hora, que sería la apoteósica ¿Quién teme a Virginia Wolf?. Ambas se respaldan en unos diálogos afiladísimos, cuentan con una patente tradición teatral y, sobre todo, nos demuestran los increíbles registros de sus protagonistas. Definitivamente, tanto Annette Bening como Bill Nighy no tienen nada que demostrar a estas alturas (tampoco Elizabeth Taylor o Richard Burton), pero qué gusto da ver actuaciones de este calibre de vez en cuando.
Regreso a Hope Gap se puede entender como una película menor, pero ni mucho menos. Se trata de una película necesaria, sobre todo por la poca representación de relaciones emocionales en personas prácticamente de la tercera edad. Pocas veces vemos a un personaje que fácilmente podría ser un abuelo contar que se ha enamorado o que no está contento con su matrimonio de casi 30 años.
Finalmente, y aunque no se trate de un film para todo los públicos, podemos afirmar que se trata de una película de calidad ideada tanto para amantes del género dramático (aunque a veces nos sorprenda con algún buen gag) como para amantes de estos dos actores. Podríamos decir incluso que se posiciona como nuestra favorita de entre todos los films que llevamos vistos en el Barcelona Film Fest, y eso es mucho decir.