Muito Romântico comienza con un viaje en barco que lleva a la pareja formada por Melissa y Gustavo de Brasil a Alemania. Una vez establecidos en Berlín el viaje continúa a través de una ciudad en continuo desarrollo: donde había escombros surgen nuevos edificios, donde había desolación surge la esperanza. Melissa y Gustavo, interpretados por Melissa Dullius y Gustavo Jahn, creadores de la película, acumulan experiencias, momentos de vida, hasta que lo fantástico surge de la cotidianidad y la vida y el cine comienzan a confundirse.
La propuesta de los autores de Muito Romântico (Dullius y Jahn dirigen, escriben, protagonizan y montan la película) navega entre el diario biográfico y la ciencia ficción con una narración tan deslabazada e inconexa como la vida misma. Al viaje inicial le sucede la estabilización en la ciudad alemana que dará lugar a la inevitable rutina de la vida en pareja. La aparición de un misterioso agujero negro en la habitación donde conviven transporta al duo a una dimensión donde se suceden unas vidas posibles llenas de celos, confusiones y secretos protagonizadas por seres de otro tiempo y cultura.
La casa es la rutina, el viaje lo desconocido. Esta suerte de fuga psicogénica a través del espacio y el tiempo plantea una serie de dualidades que van desde reflexiones sobre lo urbano y lo silvestre, los animales domésticos y salvajes, hasta visiones tan íntimas como el cuestionamiento de lo cotidiano frente a lo novedoso. Así, en Muito Romântico tenemos la sensación de no estar viendo una película, sino la confesión de una pareja: el desnudo emocional, pudoroso pero sincero, de Melissa y Gustavo nos hace dudar cuanto hay de representación y cuanto de construcción. ¿Dónde empieza la película y acaba la realidad? Además, la pareja formada por Dullius y Jahn no rehuye dar a su obra una leve dimensión política: un Berlín destruido, en ruinas, víctima de la especulación inmobiliaria es testigo del romance que se destruye y vuelve a recomponer al ritmo del tema de Caetano Veloso del mismo nombre que la película.
Rodada durante nueve años en formato analógico, principalmente en 16 mm., usando material íntimo y escenas recreadas protagonizadas por los mismos directores y sus amigos, Muito Romântico navega entre la experimentación netamente godardiana y la narración lineal más elemental. De hecho, ellos mismos se preguntan: ¿Son nuestras películas demasiado narrativas para ser experimentales o demasiado experimentales para ser consideradas narrativas? Es en esta intersección donde se encuentra el gran valor de una película como Muito Romântico: ese punto donde el arte busca caminos con los que expandirse sin dejar de lado su carácter humano.
Melissa Dullius y Gustavo Jahn firman sus obras como cineastas con el nombre de Distruktur y, haciendo honor a su denominación, esto es Muito Romântico: estructura, dualidad y destrucción
Muito Romântico se proyecta hoy en La Casa Encendida