Si en The Amazing Spider-Man la gran losa que le pesaba a la película era tener que volver a contar el origen de cómo Peter Parker se convirtió en Spiderman desde el principio en The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro los guionistas (Alex Kurtzman, Roberto Orci, James Vanderbilt y Jeff Pinkner) tenían todo el universo del hombre araña para escoger al malo que ellos quisieran (porque sí, siempre hay un malo que quiere acabar con la ciudad de Nueva York) y usar las dos horas y cuarto de metraje para desarrollar una historia que estuviera a la altura. Pero esta vez, al igual que en la primera parte, tampoco han logrado la película que el personaje se merece.
En esta segunda parte descubriremos por qué los padres de Peter le abandonaron de pequeño mientras que vemos cómo un Peter Parker (Andrew Garfield) de adulto compagina su vida de súper-héroe con la de ser un adolescente que termina el instituto mientras es el complaciente novio de Gwen (porque quién no querría complacer a la maravillosa Emma Stone), tarea que conseguirá a duras penas. Mientras tanto Harry Osborn (Dane DeHaan), su mejor amigo de la infancia, regresa a la ciudad debido a la muerte de su padre y hereda a la vez el imperio Osoborn, la maldición de la familia -la misma enfermedad que acabó con su padre- y la obsesión por sobrevivir a ella. La transformación de Max Dillon en Electro (Jamie Foxx) y la obsesión por acabar con el hombre araña será en teoría el principal motor argumental de esta película, no exenta de giros y sorpresas para todos los gustos.
Esta segunda parte debería servir para hacer evolucionar al personaje y mostrarnos a un Peter Parker más consciente de su papel como Spiderman y también para enfrentarle contra unos villanos que supongan un verdadero reto para él. Por desgracia los guionistas han intentado meter tres villanos en esta segunda parte (Electro, Duende Verde y Rhino) además de mostrarnos la verdadera naturaleza de los señores Parker y la relación entre Gwen y Peter. Y el resultado es una película caótica y que no acaba de contar bien ninguna de las historias.
Si algo podemos alabar a Marc Webb y a todo el equipo de la película son el apartado visual y de sonido. La lista de personas que han trabajado en todos los aspectos visuales de la película inunda literalmente los créditos de la película y es que Spiderman nunca ha sido más Spiderman que en este nuevo reinicio. Por desgracia, este es el único aspecto positivo de la cinta, ya que en esta ocasión toda la química que había en la primera parte entre Andrew Garfield y Emma Stone desaparece de un plumazo, los malos son muy malos y no dejan de gritar las ganas que tienen de matar (sic) y el único atisbo de interés reside en la actuación de Jamie Foxx como Max Dillon, que desaparece totalmente en cuanto se convierte en Electro (que resulta ser una suerte del Doctor Manhattan de Watchmen).
La breve presentación de Duende Verde en el tercio final y la brevísima aparición de Rhino en la escena previa a los créditos son buena muestra de lo poco aprovechados que están los personajes en la cinta.
Después de haber visto la maravillosa segunda parte de Capitán América, uno tenía esperanzas con esta segunda parte, pero por desgracia parece que tendremos que esperar a la tercera parte de la saga amazing (en la que probablemente nos volverán a mostrar a Duende Verde y con suerte al Doctor Octopus) y que está prevista para 2016 para ver, esta vez sí, una película que esté a la altura del personaje. Nos vemos dentro de dos años.
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