EL VIAJE DE SUS VIDAS (Perlas) ***
El viaje de sus vidas (The Leisure Seeker) lo tiene todo para que apasione al público general: una historia de Alzheimer y de señores mayores que se quieren y viven su última gran aventura, ¿qué más se puede pedir? Aunque en ningún momento resulte dolorosa o aburrida de ver, sí que es cierto que le falta algo de magia y fascinación en su desarrollo, algo que nos haga pensar que esta no es una película que ya hemos visto mil veces antes.
Al final, ambos protagonistas tienen el suficiente carisma como para pasar por escenas repetitivas y lugares comunes del guión. ¡Cuánto debe El viaje de sus vidas a Helen Mirren y Donald Sutherland! Ambos se comen la pantalla sin remilgos y sin preocuparse de que los tópicos estén cada cuatro páginas en un libreto que podría haber sido mejor. Genio y figura.
El viaje de sus vidas es el típico “crowd pleaser”. No hay nadie que pueda ofenderse o no entender lo que ocurre en pantalla, ya que tampoco trata de arriesgarse ni tomar desvíos improducentes (lo intenta durante unos minutos, pero enseguida vuelve a lo planeado sin que haya cambiado mucho del status quo). Cuando mejor funciona es cuando Mirren y Sutherland conversan, hablan, se cuentan secretos e intimidades, terminan de descubrirse el uno al otro. Tristemente, esta bonita historia está envuelta por un mar de drama impostado, escenas aburridas y tópicos a granel. Podría haber sido mucho mejor y se queda en algo que huele a viejo.
LA BUENA ESPOSA (Clausura) ***
La sección oficial del Zinemaldi se cierra con La buena esposa (The wife), una película abiertamente feminista sobre una mujer que vive a la sombra de su marido, un novelista que acaba de ganar el premio Nobel. En sí, la historia y la película no son malas, sino inocuas, descubriéndose el giro desde el propio cartel, pero sin la presencia abrumadora de Glenn Close, ni siquiera hubiera llegado al festival (¡mucho menos a clausurarlo!).
Pero Close coge un personaje interesante y lo convierte en un personaje apasionante, repleto de matices, represiones y personalidad, llena la pantalla y actúa como solo las grandes actrices del cine saben: con maestría, dominando la situación y dando mucho más de lo que se pide de ella. Aunque La buena esposa es una película que es autoconsciente de su nivel bajo, su actriz principal consigue, por momentos, elevarlo hasta lo más alto. Espectacular.
LOVING PABLO (Perlas) *
Fernando León de Aranoa vio Narcos y decidió hacer un «En anteriores episodios» para prepararnos a la hora de ver la tercera temporada. Es de agradecer. Pero en vez de recopilar los episodios de Netflix, llamó a Javier Bardem y Penélope Cruz para hacerles protagonizar los dos papeles más lamentables de su vida. El Pablo Escobar de Bardem es muy superior a la Virginia Vallejo de Cruz, pero aún así ambos parecen ser carne de meme.
Al salir de la proyección, todo eran preguntas: ¿Por qué los colombianos hablan en inglés con acento colombiano entre ellos? ¿Había necesidad de esta película? ¿Por qué los personajes de fondo hablan español pero los protagonistas no? ¿Era necesaria la voz en off de Cruz durante toda la película? ¿Sabe Aranoa lo que es volver a grabar una toma que ha quedado mal? ¿Por qué coger a dos españoles para interpretar a dos colombianos hablando en inglés? Aunque Loving Pablo tiene un par de escenas decentes, el resto del filme se hunde ante la absoluta torpeza de su director y sus actores. Muy, muy mal.
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