El escritor Joel Surrow, creador de capítulos de series tan conocidas como Corrupción en Miami, 24 o Nikita se pone al mando de la dirección en Small Time, una película que parece querer rememorar los años 80 en América cuando los concesionarios de coches de segunda mano estaban en pleno apogeo en cada ciudad. Small Time nos relata la historia de un joven adolescente que tras graduarse en el instituto y para sorpresa de su madre, decide no ir a la universidad para seguir los pasos de su padre trabajando en un concesionario de coches junto a éste y su socio.
Con un buen inicio de película y una entretenida primera parte nos adentramos en las sencillas vidas de un par de amigos que demuestran un auténtico dominio de las ventas en su negocio y que tras tantos años trabajando juntos les une una fuerte amistad. Ambos son felices con las vidas que llevan, por simples que nos parezcan, y su rutina no parece impedirles disfrutar de los buenos momentos de cada día. Sin embargo, Small Time empieza a decaer en su segunda parte cuando el drama familiar empieza a quitar protagonismo a la comedia, y la situación de cada uno parece no tener muy claro qué camino seguir.
Ese fallo de guión es el que produce el declive tras la primera hora de largometraje que provoca un bajón gradual de la historia a pesar de que el buen repertorio de música y la química de sus protagonistas parecían tener el entretenimiento del espectador asegurado. Aún así, el humor de su primera parte, la música de artistas como Rare Earth o Dyke & The Blazers acompañando esos brillantes momentos y la complicidad entre los actores protagonistas hacen que merezca la pena ver la cinta.